El juicio contra el informático Claudio Sciarpelletti, acusado de presunto encubrimiento de Paolo Grabiele, exmayordomo del papa, en el robo y difusión de documentos del Benedicto XVI, se reanuda mañana en el Vaticano y no se descarta que se pueda conocer la sentencia en el mismo día.

 

La audiencia de mañana es la segunda del juicio, comenzado el pasado 5 de noviembre.

 

Este juicio es el segundo por el escándalo del robo y filtración a la prensa de documentos del Pontífice conocido como Vatileaks.

 

Paolo Gabriele, de 46 años, fue condenado el pasado 6 de octubre a 18 meses de cárcel, que cumple desde el 25 de octubre en una celda del Vaticano.

 

En la audiencia de mañana está previsto que sea interrogado Sciarpelletti, así como los testigos monseñor Carlo María Polvani, que trabaja en la Secretaria de Estado (la “presidencia del Gobierno” de la Santa Sede), Domenico Giani, jefe de la Gendarmería vaticana; William Kloter, vicecomandante de la Guardia Suiza, y el gendarme Gianluca Gauzzi Brocoletti.

 

También está convocado como testigo Gabriele, quien ya acudió a la primera audiencia del juicio.

 

Sciarpelletti, de 48 años, que trabaja como informático en la Secretaria de Estado puede ser condenado hasta con un año de cárcel, según la legislación del Estado de la Ciudad del Vaticano.

 

El informático iba a ser juzgado en el mismo juicio contra Gabriele el pasado 29 de septiembre, pero el Tribunal, a petición de su abogado, Gianluca Benedetti, separó los dos casos.

 

Ya en esa audiencia, Benedetti pidió la absolución para su defendido, alegando que nunca encubrió a “Paoletto”, como se conoce al exmayordomo y que siempre colaboró con los investigadores.

 

En la audiencia del pasado día 5, Benedetti pidió que fuese anulada la imputación de encubrimiento, al insistir que Sciarpelletti siempre colaboró con la Justicia y la acusación no tiene sentido.

 

El tribunal lo rechazó al considerar que el informático dio tres versiones diferentes respecto al sobre con documentos reservados que fue hallado en su poder, en el que había material que después apareció en el libro “Sua Santita”, del periodista Gianlugi Nuzzi, que desvela tramas e intrigas en el pequeño Estado.

 

Sciarpelletti fue detenido el 25 de mayo, un día después que Gabriele.

 

Según se supo en la primera audiencia, fue detenido después de que una “llamada anónima”, hecha desde la Secretaria de Estado informara de la supuesta íntima amistad entre Gabriele y Sciarpelletti.