Un feliz Robbie Williams fue el encargado de encender ayer las luces de Navidad de la céntrica calle Oxford Street, en Londres, poco después de alcanzar el número uno en ventas con su sencillo Candy.

 

Miles de personas acudieron a la concurrida calle comercial londinense para ver el tradicional encendido de las luces navideñas y al ex componente del grupo británico Take That, de 38 años, que dio un breve concierto con sus temas más conocidos y su nuevo sencillo del disco Take the Crown, que salió ayer a la venta.

 

Leona Lewis y la joven banda Lawson precedieron a Williams y se encargaron de animar al público en un espectáculo que duró alrededor de hora y media.

 

Robbie Williams, que acaba de ser padre, se encuentra por primera vez en ocho años en lo más alto de las listas de los sencillos más vendidos gracias a Candy, informó la Official Charts Company.

 

El cantante, que ya cuenta con catorce números uno en su carrera, consiguió vender la pasada semana 137 mil copias de la canción, que se ha convertido en el sencillo que se ha vendido con mayor rapidez por un artista masculino en lo que va de año.

 

No obstante, el videoclip que Williams rodó para este tema ha terminado siendo blanco de las críticas de la Convención Nacional de Pensionistas, que le ha exigido una disculpa por una escena en la que el cantante golpea a dos personas de avanzada edad.

 

La organización tildó de “degradantes” los comentarios que el cantante británico hizo en un programa de la BBC el pasado viernes cuando fue preguntado por este tema.

 

“Querían que pegara a un perro y yo adoro a los animales, así que no lo iba a hacer. Entonces, me dijeron ‘pues golpea a un pensionista’ y yo dije ‘vale, me apunto”, declaró Williams. EFE