La Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) dijo que el Decreto Automotriz que desató una batalla verbal entre Toyota y la Secretaría de Economía hace más estrictas las obligaciones existentes y reduce o restringe prestaciones o derechos para los particulares, pero no es garantía de que eso haga que se cumplan las inversiones prometidas en el país.

 

“Dados los datos presentados por la Secretaría de Economía y el hecho de que la mayoría de las empresas del sector (excepto dos) de acuerdo a la información proporcionada actualmente ya producen más de 100 mil unidades, no es claro que este aumento en los requisitos efectivamente se va a traducir en un aumento de la escala productiva nacional, y en su participación a nivel internacional”, dictaminó ayer la Cofemer.

 

La Secretaría de Economía quería que las armadoras con una producción de 100 mil unidades al año tuvieran registro de productoras y así accedieran a beneficios fiscales y otros apoyos para crecer en el país y sostener las fuentes de empleo y crecimiento.

 

Y para aquellas que no cumplieran con esa cuota, se les entregaría su registro siempre y cuando tuvieran fabricadas 50 mil unidades y hubieran aumentado 100 millones de dólares para aumentar su capacidad.

 

De enero a septiembre de 2012, Honda ha reportado una producción de 48 mil 95 automóviles. Mientras que Toyota ha registrado la manufactura de 41 mil unidades.

 

“La Cofemer estima que la modificación del acuerdo ya existente podría resultar una opción viable. Sin embargo, y dada la relevancia y el impacto económico de la regulación propuesta, es conveniente considerar alternativas a esta regulación”, dijo la Comisión ayer.

 

“Una de ellas podría consistir en un aumento gradual de los requisitos mínimos de obtención del apoyo, pues un aumento de 100% en el nivel de producción podría resultar en un incremento significativo para implementarlo en el periodo de un año”, agregó.

 

Promesas sin cumplir

 

Como informó este diario, Toyota y la Secretaría de Economía sostienen una guerra de declaraciones a raíz de los planes de inversión de la compañía en nuestro país, y de las exenciones en materia fiscal que la compañía está aprovechando, a cambio de promesas que no ha cumplido.

 

“Toyota dice que invertirá 300 millones de dólares, pero no lo hace”, dijo Bruno Ferrari a este diario el martes pasado. “Desgraciadamente hemos visto que sí lo han hecho en otros países. No puede ser que mejor lo hagan otras empresas, como Mazda o Honda, empresas que sí han estado cumpliendo”.

 

En respuesta, Ana María Vallarino, directora de comunicación y relaciones públicas de Toyota en México, dijo que eso no era cierto, que ellos no prometieron nada.

 

“Toyota nunca ha hecho promesas o compromisos de inversión en México, aun cuando es un país estratégico a nivel mundial. Aunque continuamente la empresa analiza oportunidades de expansión y desarrollo en territorio nacional”.

 

Vallarino advirtió que sus planes de inversión y producción obedecen al corporativo. “A lo mejor 10 años es poco tiempo para algunos, pero durante ese proceso se creó la infraestructura para consolidar las ventas y desarrollar un proceso de manufactura, que no puede ser cambiado por una decisión de Estado”.