En la primera inauguración de obra pública que realizaban juntos en el sexenio, tanto Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del Distrito Federal, como el presidente Felipe Calderón quisieron colgarse la medalla por la inversión aplicada en la Línea 12 del Metro, tanto así que cada uno se atribuyó haber hecho la mayor contribución.

 

Cerca de las 10:30 de la mañana, los mandatarios entraron a la nueva estación Parque de los Venados, en la delegación Benito Juárez, dando muestra de la voluntad política de sus gobiernos, y haciendo a un lado la ideología partidista en pro de una obra que beneficiará a los habitantes del DF.

 

Efusivo, emocionado, el jefe de Gobierno capitalino agradecería a la ciudadanía su paciencia por soportar tres años de obras, expropiaciones, y su contribución fiscal para hacer posible la inversión de 24 mil millones de pesos.

 

En el mismo tono, cargado de adrenalina, felicitaría a los legisladores de PRD, PT y Movimiento Ciudadano por gestionar los recursos de la Federación en la Cámara de Diputados; a los constructores de la obra, Carlos Slim, presidente de grupo Carso, y Bernando Quintana, director de ICA, y al Ejecutivo federal “porque nos faltaban dos mil millones de pesos y él (Calderón) ordenó que se incorporaran al presupuesto”.

 

En un tono solemne, Felipe Calderón, quien estuvo acompañado de los secretarios de Gobernación, Alejandro Poiré; de Hacienda, José Antonio Meade; y de Comunicaciones y Transportes, Dionisio Pérez-Jácome, reconocería la visión de Ebrard y los beneficios que, aseguró, traerá para los habitantes de la Ciudad de México una obra “colosal”.

 

Empero, al hablar de números ante los embajadores de Estados Unidos en México, Anthony Wayne, y de Francia, Elisabeth Beton, Calderón elevaría la inversión total a los 24 mil 500 millones de pesos y con énfasis aclararía que su gobierno aportó directamente, a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, siete mil 500 millones de pesos.

 

Subrayaría que de diversos fondos como el Metropolitano y el de infraestructura de los estados se destinaron cinco mil 700 millones de pesos más.

 

“Estamos convencidos, independientemente del origen partidista de los gobiernos, de que este tipo de proyectos deben contar con el apoyo invariable de todos los poderes y de los distintos órdenes de gobierno”, dijo Calderón.

 

La poca claridad sobre la inversión total de la Línea 12, que corre de Tláhuac a Mixcoac, ya no preocuparía a nadie más y vendrían los aplausos, empujones y camaradería de los mandatarios, funcionarios, legisladores, diplomáticos y empresarios al abordar el tren que lleva el nombre del primer gobernante electo del DF, Cuauhtémoc Cárdenas.

 

Entre bromas y acompañado por su esposa Rosalinda Bueso y su sucesor Miguel Ángel Mancera, Ebrard abrió paso en los torniquetes al Presidente, quien descendería dos estaciones después, en Ermita, para continuar su agenda del día.

 

Ya entre funcionarios y legisladores de izquierda seguiría el recorrido hasta la estación calle 11, en Iztapalapa, donde ya estaba a la espera Cuauhtémoc Cárdenas para cortar el listón junto a Carlos Slim y abrir las puertas al público en general, unos minutos después del mediodía.

 

En el recorrido, Ebrard se dio tiempo para supervisar el tren y no dejaría pasar la oportunidad para aclarar ante la prensa que la inversión propia de su gobierno fue de 14 mil 500 millones de pesos.

 

“Hay seis mil 500 millones que provienen de lo que los diputados consiguieron y luego nos faltaban dos mil millones que puso, ya en su presupuesto, en el presupuesto que mandó a la Cámara de Diputados, el presidente Calderón. Él puso en su presupuesto y así se autorizó, ¿me explico?, entonces por esa razón lo decimos primero, y segundo, lo invitamos, pero esa es la distribución de los fondos”, añadió.

 

Colaboran estrechamente… en seguridad

 

La vigilancia del Ejército no fue tan notoria como en otros actos a los que ha acudido el Presidente en la capital; en contraste, quien desplegó a un elevado número de agentes fue la Secretaría de Seguridad Pública del DF.

 

A diferencia de los actos en el Campo Marte o Palacio Nacional, no se apreciaron vehículos artillados en las cercanías de la estación Parque de los Venados de la Línea 12, pero sí era evidente la cantidad de policías del DF que vigilaba tanto las estaciones vecinas como el acceso habilitado para invitados especiales.

 

Desde la noche del lunes, el Estado Mayor Presidencial colocó vallas para cercar la zona que visitó el Presidente. Por la mañana de ayer, elementos de seguridad de la Presidencia cercaron el eje 7 Sur Municipio Libre, de División del Norte a avenida Cuauhtémoc. Elementos del Estado Mayor vigilaron desde las azoteas de comercios vecinos al sitio.

 

Los invitados especiales entraron por la esquina del eje 7 y la calle Prolongación Uxmal. Gran parte de los funcionarios federales, estatales, delegacionales, legisladores locales y federales tuvieron que entrar por ese acceso en dos filtros. El primero de ellos les permitía llegar a las escaleras de acceso de la estación y pasaban por un segundo que les dejaba entrar al andén, en éste, detectores de metales y personal de seguridad del Estado Mayor prácticamente despojaban de todas las pertenencias que se llevaban en las manos y los bolsillos.

 

Para librar el segundo era necesario mostrar dos acreditaciones, un gafete de invitado que daba el gobierno capitalino, y una estampa naranja fluorescente distribuida por Presidencia; quien no las llevara, era expulsado.

 

Hacia las 10 de la mañana, un grupo de jóvenes que dijeron pertenecer al movimiento #YoSoy132 llegaron al lugar para manifestar su repudio al presidente Calderón. Cuando arribaron las seis camionetas azules en las que viaja el primer mandatario, lanzaron gritos, pero fueron contenidos por la policía capitalina. DIEGO LÓPEZ