MADRID.  Millones de fieles musulmanes de todo el mundo comenzaron hoy el tradicional “Hajj”, el peregrinaje anual a la ciudad santa de La Meca, Arabia Saudita, al que todo creyente debe ir al menos una vez en la vida, si su salud y economía se lo permiten.

 

El peregrinaje comienza de manera oficial con el Al Tarueya (reflexión) en el valle de la Mina, donde, según la tradición islámica, Abraham fue a cumplir la orden de Alá (Dios) de sacrificar a su hijo Ismael, antes de sacrificar un cordero en su lugar.

 

Los fieles pasan el día en el valle realizando rezos y meditación hasta la madrugada, cuando comenzarán su subida al monte Arafat para cumplir con el siguiente rito del “Hajj”, el más importante de la peregrinación.

 

Vestidos con el “ihram”, un traje blanco de dos piezas sin costura para los hombres y una túnica larga las mujeres, los peregrinos dedican tiempo a la reflexión, mientras entonan al unísono “Labaik Alahuma Labaik” (Aquí estoy, ¡oh! señor) durante su estancia en Mina.

 

Para garantizar la seguridad de los fieles, el gobierno de Arabia Saudita ordenó el despliegue unos 26 mil elementos de las fuerzas del orden público, quienes se encargarán de controlar las actividades del peregrinaje a fin de evitar accidentes.

 

Las autoridades preven que más de dos millones de peregrinos, más de dos terceras partes provenientes del extranjero, llegarán este año a Arabia Saudita para cumplir con los rituales del Hajj, según un reporte de la cadena árabe Al Arabiya.

 

El ministerio saudita del Interior informó que los peregrinos serán transportados en vehículos oficiales al valle de la Mina, a las inmediaciones del Monte Arafat y Muzdalifah, todas las ciudades incluidas durante el peregrinaje.

 

La peregrinación anual a La Meca (Hajj) es uno de los cinco pilares del Islam que todo musulmán, tanto sunitas como chiítas, debe cumplir a menos una vez en su vida, si sus medios económicos o su salud se lo permiten, aunque la festividad se celebra en todo el mundo.

 

El año pasado casi tres millones de peregrinos realizaron el Hajj, pese a los problemas y secuelas que dejaron las protestas de la llamada “Primavera Árabe”, y aunque este año la tensión en Siria hace imposible para muchos el peregrinaje, se espera una mayor afluencia.

 

El ingreso al valle de La Mina es considerado peligroso debido a los accidentes registrados en años anteriores. Cientos de personas han muertos pisoteados por estampidas humanas, debido a que los fieles se empujan.

 

El punto culminante del Hajj es el rito de la lapidación de las estelas, que simboliza a Satán, en la que cada peregrino debe lanzar 21 piedras en cada uno de los tres pilares de 25 metros de altura que simbolizan al diablo

 

Después de esta ceremonia, los files se dirigen a la gran mezquita de La Meca para asistir a la “visita de despedida” de la Kaaba, una estructura en forma de cubo de piedra negra, la reliquia más sagrada del Islam.

 

Con el rito de la lapidación de las estelas, los musulmanes dan comienzo también al Eid al Adha (Fiesta de sacrificio), que junto con el mes de ayuno del Ramadán es una de las festividades más importantes de la religión Islámica.

 

Durante esta festividad, los musulmanes deben sacrificar un cordero, en recuerdo del sacrificio que hizo el profeta Abraham al ofrecer a su hijo Ismael en obediencia a Alá.