Durante los próximos días (el 12 de septiembre para ser exactos), la empresa californiana Apple estará anunciando la siguiente generación de su popular teléfono móvil iPhone, el cual, hace no muchos años, cambió la tendencia de la industria de la telefonía móvil, desviando la trayectoria del momento en el desarrollo de dispositivos hacia equipos con pantalla táctil, navegación a internet (de verdad), y un poco más tarde, el consumo de contenidos a través de aplicaciones.

 

Sin embargo, en la industria de tecnologías e innovación, las cosas cambian muy rápido, y para Apple no es la excepción. El próximo lanzamiento del hasta hoy conocido por razones generacionales como “iPhone 5”, es algo más que una nueva presentación, pues puede en buena medida, representar una señal de si Apple continúa siendo tan competitivo, innovador y cautivante como lo ha sido en los últimos 10 años.

 

Y es que los últimos lanzamientos de la empresa de la manzana no han sido precisamente los más exitosos de sus años recientes. La última generación de sus dos productos estrella, el iPhone 4S y el “nuevo” iPad, no han sido tan bien aceptados, ni por consumidores, ni por analistas del mercado. En ambos casos, las mejoras tecnológicas no han sido tan significativas como en otros momentos: una pantalla de mejor resolución en el caso del iPad, para muchos algo casi irrelevante, procesador más rápido y mejor cámara (esa sí, necesaria), y mejoras de similar tamaño en el iPhone 4S. Es decir, una versión un poco mejor de sus hasta ese momento, equipos estrella. Dicho de otra forma, un simple update.

 

Los mercados también piensan lo mismo que los consumidores. En el reporte de ventas del segundo trimestre del año, Apple tuvo una caída en el valor de sus acciones de 4%, atribuida por analistas a ventas del iPhone 4S por debajo de sus expectativas. Finalmente, la mejor prueba del momento que vive la empresa californiana se ejemplifica mediante la feroz batalla emprendida contra Samsung, muy bien descrita esta semana por mi editor en este diario, Hiroshi Takahashi, particularmente enfocada en frenar el ascenso de la serie Galaxy de la empresa coreana que, se estima, en todas sus versiones ha vendido más de 50 millones de unidades en el segundo trimestre del año, contra 30 del iPhone en todas sus versiones. La versión del Galaxy SIII, el equipo más amenazante es para muchos, muy superior al equipo de Apple.

 

Coincidentemente, el nuevo iPad y el iPhone 4S son los dos lanzamientos más importantes en la era post Steve Jobs. Mucho se ha dicho que se trata de modelos de transición, y mucho también que su bajo perfil han sido estrategias de mercadotecnia deliberadas. Seguro estoy también de que Steve Jobs conocía varias generaciones posteriores de sus dispositivos. Pero más allá de cualquier hipótesis, lo que es un hecho es que el entorno que enfrenta Apple es mucho más competido y que la patente de la innovación ha dejado de ser su exclusividad.

 

El próximo 12 de septiembre, Apple tiene la obligación de volver a sorprender al mundo si quiere mantenerse en el corazón de los consumidores. El mercado difícilmente aguantará dos generaciones de dispositivos, en este caso el iPhone, con estándares por debajo de lo que la industria marca al momento (veamos también el más reciente lanzamiento del Nokia Lumia 920 esta misma semana, otro dispositivo superior al iPhone actual).

 

Con las creaciones del iPod, iPhone e iPad, Apple generó ese halo de encanto que pocas marcas en la historia han logrado. El iPhone 5 puede ser la continuación de esa historia. Pero puede también no serlo, al no ponerse a la vanguardia como la empresa de la manzana acostumbra. Quizá este 12 de septiembre más que ser la hora del iPhone, será la hora de Apple.

 

@jorgetaboada