El presidente de MVS, Joaquín Vargas, ofreció todo su respaldo al presidente Felipe Calderón un mes antes del arranque de la campaña presidencial, en una carta dada a conocer hoy donde reconoció que las negociaciones para el refrendo de la licitación de la banda de 2.5 Ghz sólo tenían un punto por afinar: el precio.

 

Señaló que por escrito el empresario se dijo apenado con el Presidente de la República, señalando que estaba en proceso de exigir a la conductora una disculpa pública por haber violado el código de ética interno.

 

Vargas, según informó la vocera de la Presidencia, Alejandra Sota, tuvo cuando menos 20 reuniones con el secretario de Comunicaciones y Transportes, Dionisio Pérez Jácome, y  con el subsecretario Héctor Olavarría, dentro del proceso de la negociación de la concesión.

 

 

En ningún momento, afirmó Sota, se vinculó la negociación de la banda ancha con un tema de libertad de expresión que condicionara, como sugirió Vargas, la permanencia de la conductora de radio de MVS, Carmen Aristegui.

 

 

El empresario Joaquín Vargas, en conferencia esta mañana, hizo un recuento de dicho conflicto y leyó las conversaciones que tuvo con la vocera como pruebas de que fue presionado por el gobierno. Señaló que fue la vocera quien le exigió una disculpa pública de la conductora o su renuncia para avanzar en el tema de la licitación, en febrero de 2011 cuando en un comentario editorial, la periodista cuestionara sobre un presunto alcoholismo del presidente Calderón.

 

Sota aportó documentos que no dio a conocer el empresario, donde jamás reclamó al Presidente que hubieran “chantajes”, como denunció en una conferencia de prensa horas antes de que saliera la Presidencia a dar su postura.

 

Precisó que los señalamientos generados por MVS Comunicaciones, en el caso de la Banda ancha 2.5 Ghz se deben a que la empresa no quiso pagar a los mexicanos lo que la banda cuesta, esto es 27 mil millones de pesos.

 

Sota Mirafuentes se preguntó por qué MVS, así fuera en el momento de la recontratación, nunca hizo públicas las supuestas presiones de gobierno, simplemente porque nunca existieron.

 

 

Joaquín Vargas se equivoca, dijo y lo acusó de recurrir al “chantaje político” y que es él y no el gobierno federal quien acota la libertad de expresión de los comunicadores.

 

“La presión de quitarla no vino de Presidencia, fue una decisión expresa de MVS Comunicaciones”