René Bejarano, dirigente de la corriente perredista Izquierda Democrática Nacional (IDN), aseguró que su partido no utilizará la fuerza para impedir la toma de protesta de Enrique Peña Nieto como presidente de la República, aunque reconoció que podrían instaurar acciones para hacer sentir la inconformidad de la izquierda en caso de que el Tribunal Electoral valide la elección presidencial.

 

“Ojalá que el Tribunal actúe con apego a la ley, atienda las inconformidades e indague el origen de los recursos -hoy se le van a hacer llegar de miles de demostraciones de cómo se compró el voto- y que su resolución supla la deficiencia de la queja y busque que se invalide la elección. Si no es así, ya veremos”, indicó Bejarano durante la clausura del Congreso Nacional de IDN, al cual asistieron más de tres mil representantes de todo el país.

 

Al ser cuestionado sobre las negociaciones al interior del PRD para definir a sus coordinadores parlamentarios, aseguró que la resolución final habrá de resolverse a más tardar para el miércoles próximo, cuando los principales dirigentes, gobernadores, diputados y senadores de las izquierdas realicen un encuentro nacional en Acapulco, Guerrero, con el fin de construir un frente que impida el avance de las reformas del PRI en el Congreso de la Unión.

 

Durante su discurso de clausura, Bejarano indicó que la izquierda debe aprovechar el crecimiento registrado en la última elección para fortalecer su presencia territorial en el norte del país y la región del Bajío para no depender de sus bastiones históricos en el centro y sur del país.

 

“La IDN y la izquierda en México tienen verdaderas posibilidades de crecer y consolidarse en Chihuahua, Baja California Sur, Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas, Zacatecas, Michoacán, Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro, Jalisco y Colima”, dijo.

 

También habló sobre la necesidad de IDN para abrir sus puertas a diversos “actores políticos” provenientes de la sociedad civil, otros partidos políticos u otras corrientes al interior del PRD, con el fin de convertir a los gobiernos de izquierda en referentes de buen gobierno y fortalecer su estructura política a nivel nacional.