Militantes y dirigentes del PAN en Morelos consideran que su derrota en las elecciones para gobernador se debió en gran medida a la división dentro del partido ocasionada por el proceso interno y a la traición de algunos panistas que operaron a favor de partidos políticos como el PRI y del ganador de la elección a gobernador, el PRD.

 

Liborio Román, sustituto de Germán Castellón, quien renunció a la presidencia estatal como un ejercicio de responsabilidad ante la derrota, señaló que entre las causas del fracaso panista está la falta de recursos para las campañas de los candidatos morelenses, el no haber medido bien a los adversarios, la falta de cobertura en las casillas a pesar de que se les había pagado a los observadores panistas y también la compra de votos.

 

Pero la más importante fue la desunión y división que creó el proceso interno dentro del partido, en el cual salió ganador Adrián Rivera, pero dejó fuera a Alejandro Villarreal y a Demetrio Román, ambos funcionarios del gobierno del estado, quienes no se sumaron a la campaña por la gubernatura.

 

“Villarreal estuvo con su equipo muy retraído y en el caso del ex secretario de Obras Públicas, Demetrio Román, él tampoco se sumó, aparte, su gente estuvo apoyando a Graco Ramírez, 70% de la gente que lo sigue estuvo apoyando a Graco”.

 

El caso del equipo de Román no es excepcional porque al menos 200 militantes operaron a favor de otros partidos políticos.

 

“Tenemos una lista de 200 personas y creciendo, de otros compañeros que apoyaron de distintas formas a otros candidatos, esperamos que al próximo mes, inicios de septiembre, estemos sesionando en la Comisión de Orden para determinar su sanción”, explica el dirigente.

 

Aunado a eso y a petición de la militancia local, a 23 miembros activos ya les fueron suspendidos sus derechos políticos dentro de ese instituto político. A pesar de ello, en el estado no existe una “cacería de brujas”, afirma.

 

Después de 12 años de gobierno, el PAN sufrió desgaste tanto a nivel federal como estatal y ese factor influyó en la derrota, explica el dirigente. “Si particularizamos más tiene que ver con el trabajo de la delincuencia organizada en el estado. Aunque haya sido una lucha que fue necesaria hacerla, la sociedad percibió que esto generaba más violencia y no percibió en Acción Nacional un cambio para lograr más tranquilidad para sus familias en los próximos años, por eso nos quitó el voto”.

 

Juan Pablo Adame, hijo del gobernador de la entidad, Marco Antonio Adame, y diputado electo por la vía plurinominal, coincide con este desgaste de los gobiernos emanados del albiazul y asegura que después de la derrota es necesario trabajar al interior del partido para lograr que las disputas internas no causen roces entre los panistas y se logre un mejor trabajo con la ciudadanía.

 

Hasta el momento, el presidente del partido, Gustavo Madero, ha sostenido tres reuniones con consejeros y militantes de la entidad para -entre otras cosas- analizar la derrota en uno de los estados que era considerado como bastión para los albiazules.