Se requiere revisar la estrategia e instrumentos de política económica seguidos hasta ahora, dadas las circunstancias presentadas en los últimos meses, en cuanto al contexto económico nacional e internacional, consideró la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra).

 

Para el organismo industrial, es necesario consolidar el comportamiento de las variables macroeconómicas, pero también establecer estrategias claras para reconstruir la planta productiva formada por las pequeñas y medianas empresas del país.

 

“Diseñar una política económica integrada en torno a un proyecto estratégico nacional, que fortalezca a México con nuevos alientos de productividad y crecimiento económico”, planteó en su publicación semanal Sinopsis Económica.

 

Entre los principales factores que limitan nuestra competitividad, apuntó, están los rezagos en infraestructura productiva, en particular en carreteras y puertos; insuficiente desarrollo tecnológico y baja capacidad para absorber tecnología de punta, además de que las cadenas productivas presentan una baja integración, lo que implica recurrir a mayores insumos de importación.

 

Además, poca participación de la banca mexicana en el apoyo de actividades productivas; exceso de trámites, calidad de los productos, capacitación, entre otros, lo cual desincentiva el desarrollo de actividades productivas.

 

Indicó que otro problema que frena nuestra competitividad es el nivel educativo de nuestro país, pues hoy el recurso básico ya no es el capital ni la mano de obra barata, sino es el saber, ya que ahora el valor se crea mediante la innovación y la aplicación del saber a la producción.

 

En este contexto, puntualizó, se requiere realizar ajustes al modelo de desarrollo económico, a fin de garantizar el crecimiento sostenido y sustentable de la economía, e impulsar la innovación y desarrollo tecnológico.

 

También, ofrecer oportunidades de trabajo e ingreso suficiente, integrar a la economía informal, distribuir equitativamente los beneficios, y contar con finanzas públicas sanas y suficientes, para promover el crecimiento económico y favorecer el desarrollo social.

 

“Un mercado interno sólido debe ser la base de la recuperación del crecimiento y la plataforma del esfuerzo exportador”, subrayó la Canacintra.

 

Estimó que la necesidad de desarrollar una estrategia competitiva del país bajo el marco de globalización y regionalización económica y la necesidad de corregir las distorsiones de la estructura productiva, debe tener como base el establecimiento de una política industrial integral.

 

Esta debe estar perfectamente articulada entre las instituciones públicas y privadas con el fin de atender las necesidades de fomento específicas que requieren los sectores, las regiones y los empresarios comprometidos con el desarrollo económico del país, expuso.

 

Aunque uno de los principales objetivos de la política económica es crear certidumbre para todos los agentes económicos y toda la sociedad a través de medidas generales, afirmó, estos son insuficientes para el caso de la industria, en particular de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).

 

Para este segmento, añadió, se requieren políticas de fomento específicas, de especial atención para los agentes productivos del campo y de la industria, que son los entes encargados de generar la riqueza nacional y dar empleo a una gran parte de la sociedad mexicana.

 

Ante ello, surge la necesidad de redimensionar los alcances y aplicaciones que debe tener la política industrial en los próximos 40 años, política que tendrá la responsabilidad de coadyuvar a que el país se inserte de manera exitosa y no subordinada en el ámbito económico internacional, anotó.

 

Precisó que esta necesidad no es propia de México, pues tanto economías con desarrollo industrial avanzado, como economías con menores grados de industrialización buscan objetivos similares, para lo cual implementan muy diversas estrategias tanto de liberalización económica como de proteccionismo abierto o encubierto.

 

“El sector industrial necesita de una política promotora, que impulse el crecimiento sostenido del país. Una política industrial flexible, expedita y eficiente, a fin de cumplir con sus objetivos a favor de la productividad y la competitividad de la nación”, manifestó.