El Cardenal Norberto Rivera Carrera pidió durante la celebración de la misa dominical en la Catedral Metropolitana por las niñas víctimas de violación en un campamento en Ixtapaluca, Estado de México.

 

El prelado oró porque esas víctimas encuentren la paz espiritual y que los delincuentes se arrepientan de sus actos, también oró porque los encargados de la Seguridad Pública vigilen nuestros caminos, y porque los gobernantes del mundo consigan la paz y la prosperidad en las naciones.

 

 

Al referirse al lamentable hecho del Estado de México, señaló: “por las menores de edad que en días pasados fueron violentadas encontrándose en un retiro espiritual, para que Dios les conceda la paz en el alma y a los delincuentes el arrepentimiento por sus actos”.

 

El arzobispo primado de México dirigió en su homilía un mensaje a los funcionarios de los Caballeros de Colón, a los que tomó protesta para que apoyen la misión evangelizadora de la Iglesia Católica en México.

 

El cardenal les dijo que un evangelizador debe ser libre, comprometido y preparado para el rechazo, y nunca estar condicionado por esquemas o por intereses de juegos políticos o sociales, sino ligados a la palabra que ha recibido.

 

 

Añadió que los que han sido elegidos funcionarios tampoco deben esperar dinero, “mochada o pan para cumplir su misión”.

 

Su objetivo, aseveró, es proclamar los principios del Evangelio, con el fin de lograr la conversión, que es un cambio de mentalidad y de corazón conforme a una nueva jerarquía de valores, y un cambio real de vida según esos valores.

 

Puntualizó que de acuerdo con la ideología de cada persona, la Iglesia se ve de distintas maneras: “unos plantean que la Iglesia debería recluirse en la sacristía y dedicarse a dar pasaportes al más allá”.

 

 

Otros, agregó, “piensan que la visión de los cristianos se reducía al cambio de estructura, mientras que otros más liberales señalan que la misión de la Iglesia debe ser puramente espiritual y trascendente, mientras que para los grupos de Marxismo la Iglesia sólo tiene sentido si se dedica al cambio social y político”.

 

Rivera Carrera añadió que la Iglesia también ha recibido la misión de sanar espiritualmente predicando la conversión y librando al hombre y la sociedad de los malos espíritus y del pecado.

 

Pero, simultáneamente, ha recibido el encargo de curar todas las violencias materiales del individuo y del cuerpo social, sin excluir enfermedades, hambre, injusticia y la ignorancia que cierra tantas puertas y posibilidades de progreso.

 

El arzobispo expuso que “la obra evangelizadora no puede ser solamente la obra humana de sanar al hombre espiritualmente por el camino de la conversión interior y la remisión de los pecados, sino también sanar al hombre corporalmente, dándole su verdadera dimensión social y trascendente”.

 

 

(Fotos: Gretta Hernández)