Un informe de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado estadunidense que será publicado hoy, insta al Congreso a aplicar un cambio de estrategia en la Iniciativa Mérida, encaminada a proveer a México de formadores en las academias de policía, en lugar de entregar helicópteros Black Hawk a las Fuerzas Armadas, así como otro equipo militar.

 

De acuerdo con información publicada por The Washington Post, los senadores piden, asimismo, gastar 250 millones anuales de dólares durante los próximos cuatro años para continuar con la Iniciativa Mérida, y alcanzar los 1.9 mil millones previstos.

 

El informe concluye que el despliegue de México de sus Fuerzas Armadas para combatir el crimen organizado, ha sido ineficaz y puede haber aumentado los asesinatos violentos al fragmentar las mafias del crimen en la guerra que se ha generado contra ellas.

 

“La excesiva confianza en los militares para sofocar la anarquía que los enfrentó directamente a las asociaciones del narcotráfico, parece haber sido en gran medida ineficaz – y en algunos casos haber agravado la violencia sufrida por la población civil”, escriben los autores.

 

El documento fue elaborado para que sirva como guía al Congreso de Estados Unidos en su asociación estratégica con México el virtual presidente electo, Enrique Peña Nieto, quien ha sugerido que su gobierno se centrará más en la reducción de la violencia que ha dejado 60 mil muertos, en lugar de capturar o aniquilar a los capos del crimen y en la incautación de cocaína, metanfetamina y mariguana dirigidas a los Estados Unidos.

 

Sin embargo, también reconoce los esfuerzos del saliente presidente Felipe Calderón y comprueba este progreso en la madurez de las relaciones entre los gobiernos de Estados Unidos y México, aunque hace cuestionamientos a algunas estrategias básicas del mandatario.

 

Durante el sexenio de Calderón, los brazos armados mexicanos recibieron de Estados Unidos, como parte de la Iniciativa Mérida, 15 aeronaves, entre ellas aviones Casa (para transporte de tropas), helicópteros Panther (de transporte) y Black Hawk (halcones negros para vigilancia y combate aéreo).

 

De acuerdo con informes de la Secretaría de la Defensa Nacional, el aumento de las misiones navales en la administración de Felipe Calderón para cumplir con las operaciones contra el crimen organizado provocó que las horas de vuelo de las aeronaves del Ejército y la Marina se incrementaran un 75% a partir de 2007.

 

Los reportes advierten que la intensidad de las operaciones navales para combatir a los cárteles de la droga ha impactado en el desgaste de las aeronaves, sobre todo los helicópteros.

 

Aviones y más aviones

 

Reportes de la Sedena indican que la compra de aeronaves en el presente sexenio comenzó en 2008 y fue en aumento hasta 2011. En 2009 y el año pasado el Ejército adquirió 11 aviones y helicópteros por año, en tanto que en 2010 fueron seis y en 2008, una.

 

Los aviones son tipo Casa C-295, Spartan C-27J y TC-6 Texan II, los dos primeros para el transporte de tropas y el segundo para adiestramiento. Respecto a los helicópteros, estos son de tipo Cougar EC-725 y Bell-206 L-IV, ambos utilizados para transporte de tropas, operaciones de reconocimiento y vigilancia.

 

Por ejemplo, el Cougar es una aeronave de largo alcance, potente y rápido, equipado con dos motores de turbina. Tiene una capacidad para 2 tripulantes y hasta 29 pasajeros en su configuración de transporte de tropas.

 

El costo de los aviones Casa supera los 30 millones de dólares, los Spartan cuestan 40 millones de dólares y los helicópteros Cougar 27.5 millones de dólares por unidad.

 

El Ejército ha recibido en estos cinco años, además, ocho de las 15 aeronaves de Estados Unidos, como parte de la Iniciativa Mérida.