Lance Armstrong, ex ciclista estadunidense siete veces ganador del Tour de Francia, anunció hoy que ha demandado a la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA) para frenar el proceso iniciado contra él por supuestamente hacer uso de sustancias ilegales de manera sistemática durante años.

 

En un comunicado en su página web, el deportista detalla que ha presentado una demanda en un tribunal federal de Estados Unidos contra la USADA, ya que el proceso iniciado contra él recientemente viola el derecho a un juicio justo y porque la agencia no tiene jurisdicción en su caso.

 

Armstrong asegura que Travis Tygart, director ejecutivo de la USADA, persigue vengarse de él y por eso ha alentado este proceso que podría desposeerle de los siete Tour de Francia conseguidos por el ciclista estadounidense.

 

“El proceso forzado contra Lance Armstrong no es imparcial y no se persigue la verdad”, indica la demanda, que intenta desautorizar cualquier medida que tome la USADA contra el deportista.

 

“Confiamos en que los tribunales continuarán asegurándose de que se respetan las normas constitucionales del debido proceso, diseñadas para proteger los derechos de atletas limpios y con integridad en el deporte”, señala un comunicado de Armstrong.

 

Según la demanda, las normas y el arbitraje de la USADA están diseñados para encontrar a los deportistas culpables, sin dar la suficiente protección a la defensa, al tiempo que habrían violado las normas legales al forzar a los testigos a declarar en contra de los acusados.

 

El ciclista estadounidense mantiene su inocencia y ha negado categóricamente haberse dopado después de pasar más de 500 controles.

 

Sin embargo, la USADA asegura que al menos 10 compañeros de Armstrong y asociados pueden testificar en su contra y existen pruebas de sangre desde 2009 a 2010 que son “totalmente consistentes” con muestras de dopaje.

 

La acusación formal contra el heptacampeón sostiene que Armstrong y algunos de sus asociados mantuvieron un sistema de dopaje sistemático desde 1999 hasta 2005.

 

Entre los acusados se encuentran también los médicos españoles Pedro Celaya Lezema y Luis García del Moral, así como el entrenador Pepe Martí, el asistente médico italiano Michele Ferrari y el director deportivo belga Johan Bruyneel.