Bruselas. La crisis económica mundial y la lenta recuperación han contribuido para aumentar la duración del desempleo en los 23 países de la OCDE, indicó un informe del organismo presentado hoy aquí por su secretario general José Ángel Gurría.

 

De acuerdo con el estudio “Perspectivas de las Migraciones Internacionales 2012” de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), ese incremento ha afectado tanto a los trabajadores inmigrantes como a la población local, pero ha sido más severo entre los extranjeros.

 

En 2011, más de la mitad de los inmigrantes viviendo en Irlanda y en Alemania han pasado al menos doce meses buscando un trabajo.

 

“En todos los países de la OCDE para los que hay datos disponibles, con excepción de Eslovaquia y Hungría, los inmigrantes fueron responsables por entre un 14 y un 30 por ciento del aumento en el total del desempleo de larga duración, cifras muy superiores a su participación en el mercado laboral”, señaló el informe.

 

Sólo en Suecia y Suiza, la contribución de los extranjeros al alza del desempleo de larga duración llegó al 56 por ciento.

 

Los inmigrantes latinoamericanos y caribeños se enfrentaron a un nivel récord de paro del 22 por ciento en los países europeos, muy por encima de la media de la Unión Europea (UE), que ronda el 10 por ciento.

 

“Eso no es sorprendente, visto la elevada representación que tienen esos grupos en sectores – como la construcción – y en países – como España, Itália y Grecia – fuertemente afectados por la crisis económica”, explicó el estudio.

 

En Estados Unidos los más afectados por el desempleo son los inmigrantes mexicanos, entre los cuales el desempleo ha alcanzado un 10.2 por ciento en 2011, frente a una media del 9.1 por ciento entre toda la población extranjera y del 9.2 por ciento entre los estadunidenses.

 

Según la OCDE, ello se debe a los bajos niveles de educación y de conocimientos de idiomas de esa población, pero también a prácticas discriminatorias de parte de los empleadores.

 

Como consecuencia del elevado desempleo en Estados Unidos, el flujo de inmigrantes mexicanos y centroamericanos tratando de entrar ilegalmente en ese país ha caído hasta 350 mil en 2011, frente a 875 mil en 2007, antes del inicio de la crisis.

 

“Dichos movimientos (migratorios) cuestan dinero y, sin una garantía de encontrar trabajo, dejan de ser atractivos para inmigrantes potenciales y sus familias”, afirmó el informe.