Ciudad del Vaticano. El Papa Benedicto XVI aceptó hoy la renuncia anticipada del obispo argentino Fernando Bargalló, tras la publicación en la prensa de unas comprometedoras fotografías suyas con una mujer en el balneario mexicano de Puerto Vallarta.

 

En un comunicado la sala de prensa del Vaticano informó que la renuncia fue acogida según el apartado 402.2 del Código de Derecho Canónico, la ley fundamental de la Iglesia, que considera dimisiones anticipadas de prelados por enfermedad o “causas de fuerza mayor”.

 

El pontífice designó como administrador apostólico de la diócesis de Merlo-Moreno, hasta ahora pastoreada por Bargalló, a Alcides Jorge Pedro Casaretto, obispo emérito de la diócesis de San Isidro.

 

Con la aceptación de la renuncia la Santa Sede cerró rápidamente el caso del también presidente de la asociación de ayuda humanitaria católica Caritas, el cual provocó un escándalo que dio la vuelta al mundo.

 

Todo comenzó el martes 19 de junio cuando Bargalló fue abordado por un periodista que le mostró unas imágenes de él acompañado por una mujer en bikini y en una playa.

 

En un primer momento el prelado las desconoció pero más tarde, en medio de una tempestad mediática, reconoció su veracidad y pidió perdón por su ligereza.

 

Ese mismo día la agencia de noticias AICA, de la Conferencia Episcopal Argentina, emitió un comunicado en el cual Bargalló sostuvo que la mujer retratada era una amiga de su infancia, pero negó haber mantenido una relación amorosa con ella.

 

El embajador del Vaticano en Buenos Aires, Emil Paul Tscherrig, dio parte inmediatamente a Roma sobre el caso, del cual tuvo conocimiento sólo a través de la prensa. Mientras tanto, con el paso de las horas, creció el desconcierto y la indignación en los círculos eclesiásticos argentinos.

 

El cardenal primado de la Argentina cumplió los 75 años el 17 de diciembre pasado y presentó su renuncia obligatoria al Papa, como lo marca la ley de la Iglesia.

 

El escándalo llegó a tales niveles hacia el fin de la semana pasada que obligó a su protagonista a convocar al presbiterio de su diócesis a una reunión extraordinaria.

 

Allí, ante sus sacerdotes, finalmente aceptó su relación sentimental con la mujer, de 55 años, con quien efectivamente mantiene vínculos de amistad desde su infancia. Y anunció su renuncia al puesto.