En Veracruz suman nueve periodistas asesinados en un año

 

En nueve semanas, cinco periodistas han sido asesinados en el estado de Veracruz y ningún sospechoso ha sido detenido.

 

Ayer mataron a Víctor Manuel Báez Chino, editor de la sección policíaca de El Portal de Xalapa del grupo Milenio, un periodista con más de 30 años de experiencia y a quien sus compañeros identifican como una persona honesta y profesional.

 

El gobierno veracruzano se comprometió a investigar y asignó policías a los reporteros que enfrentaran algún riesgo. La Procuraduría General de la República (PGR) hizo lo propio y envió a sus investigadores para que participen en las indagatorias.

 

Sin embargo, un mes antes, la vocera del gobierno de Veracruz, Gina Domínguez, había llamado a Báez Chino y le sugirió que se fuera del estado, porque “lo estaban buscando esas gentes”, refiriéndose aparentemente a algún grupo vinculado al crimen organizado.

 

De acuerdo a los testimonios recabados por este diario, el editor respondió que no debía nada, que no tenía vinculación alguna con grupos criminales y cuidaba su información, por eso no tenía miedo y no tenía que huir.

 

Ayer, su cuerpo apareció con signos de tortura y, de acuerdo con los reportes policiacos, los asesinos colocaron un letrero que decía: “eso les pasa a los que traicionan y se quieren pasar de listos”.

 

Sin embargo, investigadores consultados consideraron que ese letrero parecía más un distractor y comentaron que aparentemente había aparecido otra manta que señalaba que el mes de junio sería el peor para los reporteros, aunque oficialmente las autoridades no confirmaron esto.

 

En menos de un año, suman nueve los periodistas asesinados en la entidad gobernada por el priista Javier Duarte.

 

Noel López Olguín, Miguel Ángel López, Misael López, Yolanda Ordaz, Regina Martínez, Gabriel Huge, Esteban Rodríguez, Guillermo Luna y Víctor Báez son los nombres de los reporteros muertos en ese estado.

 

Su historia

 

A Víctor Manuel lo describen sus compañeros como un hombre responsable, serio y honesto, que enseñó a varias generaciones el trabajo del reporteo.

 

Inició hace más de 30 años en el Diario de Xalapa, varios años después se fue al AZ de la misma ciudad y en años recientes había fundado con varios compañeros la página de internet Reporteros policiacos, una especie de agencia sobre esos temas, y era editor en la versión online de Milenio Xalapa.

 

Se había divorciado años atrás, pero mantenía una relación cercana con sus hijos y pocas veces asistía a fiestas.

 

Además de ser editor, reporteaba notas del día y profundizaba en los temas más importantes ocurridos en el estado. Llegaba temprano a la redacción, de donde salía entre las 10 y 11 de la noche.

 

El miércoles no fue la excepción, terminó su jornada pasadas las 11 de la noche y pretendía dirigirse a su casa, pero unos tres hombres lo interceptaron en la calle, habían llegado segundos antes en una camioneta gris, estaban armados y rápido los sometieron.

 

 

Algunos testigos denunciaron lo ocurrido, las autoridades dijeron que iniciaban un operativo para cerrar los ingresos a la ciudad y buscarlo.

 

Pero pasaron más de cinco horas hasta que lo encontraron. Fue muy tarde, estaba muerto. Su cuerpo había sido colocado alrededor de las tres de la mañana –horario en que se estima su muerte-, a sólo 20 cuadras de donde fue secuestrado y a unos pasos del Centro de la ciudad. Los agentes lo encontraron hasta las 5:30 de la mañana.

 

La violencia ejercida en la muerte de Báez Chino sugiere a los investigadores que existe algún vínculo con el crimen de los tres fotorreporteros asesinados el pasado 3 de mayo, cuyos cadáveres aparecieron en la zona conurbada de Veracruz-Boca del Río.

 

A pesar de que los reporteros locales estuvieron en vilo durante la madrugada en espera de noticias, cuando la confirmación de que habían matado a Víctor, tuvieron que aguardar por cuatro horas y media,  porque no podían salir sin el anuncio oficial del gobierno estatal.

 

Apenas, el pasado 7 de junio, el gobernador de Veracruz, Javier Duarte, había anunciado en medio de una  reunión en la que regaló diez becas a la Universidad Complutense, ipads y pantallas de 55 pulgadas a reporteros locales, a enviar una iniciativa al Congreso Local para la creación de una Comisión de Protección a Periodistas.

 

La vocera del gobierno, quien ayer se dijo amiga de Báez Chino en una conferencia, es la misma que en los últimos días ha llamado a los reporteros locales para advertirles qué no deben enviar notas negativas que afecten al gobierno de Duarte y para sugerirles que se protejan.

 

Impunidad

 

Del 28 de abril de este año, cuando fue asesinada la corresponsal de Proceso, Regina Martínez, a la fecha se han abierto otras cuatro averiguaciones previas por el delito de homicidio: la de la propia Regina, y las de los fotorreporteros Gabriel Huge, Guillermo Luna y Esteban Rodríguez. En ninguno de los casos se ha logrado la detención de ningún presunto responsable.

 

En el caso de Regina, donde se hizo una Comisión Especial para investigar el crimen, se tiene a un presunto sospechoso, aunque la familia y la revista dudan de las pesquisas.

 

Las autoridades locales establecieron tras la muerte de los fotorreporteros que pedirían la atracción de la Subprocuraduría en Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (Siedo), lo cual hasta ahora no ha ocurrido porque la Procuraduría General de la República  (PRG) sólo coadyuva en la investigación de esos asesinatos.

 

El saldo de los asesinatos de los reporteros en Veracruz y la desaparición de otros tres: Evaristo Ortega Zarate, Jesús Mejía Lechuga y Gabriel Manuel Fonseca,  ha provocado el éxodo de los reporteros policíacos, y la salida de ese estado de al menos cuatro de los corresponsales de medios nacionales.

 

Del 4 de mayo a la fecha se han ido entre 8 y 14 reporteros de esa entidad, otros optaron por abandonar sus redacciones y dedicarse a otra actividad, ante el riesgo latente para ejercer el periodismo en ese estado.