La tarde de ayer, en casi todo el país, fue posible observar el tránsito de Venus, un fenómeno celeste hermoso, asombroso y que no se repetirá sino hasta el año 2117. Se trata de la alineación de la Tierra con Venus y el Sol. Es como un eclipse solar provocado por nuestro vecino, sólo que, al estar más lejos que la Luna, se ve como un pequeño disco negro que atraviesa la parte baja de nuestra estrella.

 

Este fenómeno ocurre en junio o diciembre cada dos ciclos, uno largo, cada 121.5 años, y otro corto, cada 105.5 años. Esto quiere decir que la próxima vez sucederá el 11 de diciembre de 2117, en el ciclo corto. En cuanto al largo, el pasado tránsito de Venus fue el 8 de junio de 2004 y el próximo será el 8 de diciembre de 2125. El evento se puede mirar a simple vista pero no directamente, pues ver al Sol de frente puede provocar severos daños a la retina.

 

Gracias a la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), todas ellas instituciones que forman parte de la Mesa Directiva del Foro Consultivo Científico y Tecnológico AC, se pudo disfrutar de esta maravilla astronómica sin afectar la vista. En la ciudad se dispusieron diversas sedes y eventos para que, no obstante el cielo nublado, fuera posible seguir la huella de Venus: el Museo de Ciencia Universum, de la UNAM, el Planetario Luis Enrique Erro, del IPN, el Castillo de Chapultepec y el Museo Nacional de Antropología, donde hubo diversas y muy divertidas actividades.

 

En otras partes del país también se hicieron avistamientos; sin embargo, fue en el Planetarium de Torreón y en el Observatorio Nacional en San Pedro Mártir, Baja California, donde el tránsito de Venus se observó con mayor claridad durante las seis horas y cuarenta minutos que duró.

 

Actualmente es posible seguir esta maravilla en diversos portales de internet, como: www.nochedelasestrellas.org.mx o www.nibiru.com.mx/transitovenus. Además en http://ciencia.nasa.gov/ hay una vista desde la estación espacial.

 

Kepler calculó por vez primera el paso de Venus, a partir de anteriores posiciones del planeta y predijo que en 1631 ocurriría el siguiente fenómeno. Sin embargo, no fue posible registrarlo pues murió un año antes, además de que en la mayor parte de Europa era de noche cuando se produjo el tránsito.

 

En otras ocasiones, ya con más desarrollo tecnológico y científico, hubo necesidad de enviar expediciones de astrónomos por todo el mundo. Por ejemplo, en 1716, Edmund Halley (sí, el del cometa que lleva su nombre y cuyo sufrido paso ante la burocracia inglesa es relatada en la película Longitud) predijo que en 1761 se produciría el próximo paso de Venus. Desde Europa partió casi un centenar de misiones científicas por todo el mundo para ver el acontecimiento. Un grupo de científicos franceses circunnavegó durante tres meses hasta la India; sin lograr su propósito, pues la guerra franco-británica se los impidió. Además, el tifus acabó no sólo con los expertos, sino hasta con los marineros.

 

Pero el paso de Venus es algo más que una bella imagen sideral. Ha servido para conocer la distancia entre la Tierra y el Sol, las dimensiones de nuestra estrella y del planeta vecino. Todo esto con la aplicación de cálculos matemáticos, en especial la llamada paralaje, que consiste en la desviación angular desde dos puntos de observación con respecto a un mismo objeto, teniendo como referencia otro más distante. Asombroso, ¿no?

 

www.foroconsultivo.com.mx | alfamor@gmail.com | @foroconsultivo