El PRI pidió al ex gobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington, que coopere en la investigación que se le sigue en los Estados Unidos por presunto enriquecimiento ilícito y advirtió que no solapará la impunidad.

 

Yarrington fue acusado en una corte federal de Estados Unidos por su presunta colusión con organizaciones criminales y de participar en un esquema de lavado de dinero que le habría permitido comprar propiedades en Estados Unidos.

 

A través de un comunicado, el partido anunció que la Comisión Nacional de Justicia Partidaria que sesione a la brevedad para suspender los derechos de militancia al ex mandatario estatal y en tanto se define de manera definitiva su situación jurídica.

 

Por su parte, el candidato presidencial del PRI, Enrique Peña, deslindó a su partido de cualquier presunta responsabilidad cometida por militantes porque la organización, dijo, no está para defender a nadie y sí para exigir la aplicación de la justicia.

 

“Más allá de un deslinde, el partido con toda claridad ha señalado que en este y cualquier otro caso se debe aplicar la justicia, se debe aplicar la ley”.

 

El candidato dijo que este caso viene de tiempo atrás y el partido ha señalado con toda claridad que en este y cualquier otro caso se debe aplicar la justicia.

 

El abanderado presidencial dijo en conferencia de prensa, que cada actor político, del partido que sea, es responsable de sus propios actos, razón por la cual el ex gobernador tendrá que asumir y esclarecer sus posibles vínculos con el crimen organizado.

 

Peña Nieto no descartó que haya denuncias contra otros militantes de su partido, sobre todo ex gobernadores, y que esto forme parte de una campaña en su contra; de ser así, adelantó, estarán atentos para contrarrestarlo.

 

Peña insistió en que hay un intento de los adversarios de vincularlo con algunos personajes polémicos de la política, por lo que consideró que lo que debe marcar a cada quien es su trayectoria, resultados y las responsabilidades que ha asumido en el país.

 

A propósito de las críticas por su vinculación con líderes sindicales como el de los petroleros, Carlos Romero Deschamps o Elba Esther Gordillo, comentó que son especulaciones y una estrategia de sus adversarios para desprestigiarlo.

 

El priista añadió que la guerra sucia y agresión que ha desarrollado la “candidata de la derecha” para dañar su candidatura, ésta ha hecho un “lamentable papel” que no le ha redituado en nada.