Para que en las comunidades con altos niveles de violencia, los menores de edad en transición entre primaria y secundaria no deserten de la escuela, ya operan campamentos especiales en Nuevo León, Michoacán, Sinaloa y Durango.

 

El programa que inició como un proyecto piloto, incluye a los municipios de alta marginalidad y alto nivel de violencia, donde ambos factores provocan que los adolescentes ya no ingresen a secundaria.

 

Al referirse a este tipo de campamentos, el secretario de Educación de  Durango, Héctor Vela Valenzuela, dijo que la intención es que “los alumnos no se incorporen a las filas de la delincuencia”.

 

“La misión es alejar a los jóvenes de la delincuencia a través de una cultura para la paz y reconstrucción del tejido social, a través  del programa de Transición Primaria-Secundaria y su Contribución al Tejido Social”, señaló el funcionario.

 

Explicó que las acciones consisten en brindarles a los alumnos un campamento, en el cual reciban instrucción académica, deportiva y alimentaria, así cubren satisfactores de las que no pueden disponer fuera del campamento, y se les tiene una atención permanente, con lo cual se ha logrado disminuir la deserción escolar.

 

En los campamentos reciben una educación integral con horario de 8 a 13:30 horas, igual que el esquema tradicional escolar. Después se les brindan otras actividades.

 

Agregó que otro de los propósitos en el corto plazo será alinear dicho programa con los de Escuela para la Calidad, Escuela Siempre Abierta y Escuelas de Tiempo Completo, “para fortalecer la formación de estudiantes que presentan circunstancias de vulnerabilidad o riesgo y se puedan incorporar a un esquema de bienestar colectivo, a través de una educación de calidad”.

 

Insistió en que la intención de estos campamentos es apoyar a los menores de comunidades con un alto nivel de marginalidad, en donde además las situaciones de violencia tienen una incidencia alta.

 

Con relación a los resultados obtenidos  en 2011 en esa entidad, dijo que atendieron a 305 adolescentes que transitan de sexto año de primaria a primero de secundaria.

 

Refirió  que dicho programa fue aplicado como plan piloto para los estados de Durango, Nuevo León, Sinaloa y Michoacán, “con resultados muy positivos, por lo que se implementará como modelo en comunidades y municipios con altos grados de inseguridad y marginalidad en todo el país”.

 

Vela Valenzuela explicó que dentro del programa, participan tanto en esta entidad como en los otros tres estados, dependencias del sector salud, universidades públicas y los sistemas para el Desarrollo Integral de la Familia.

 

Este año, la meta en el caso de Durango es poder implementar 10 campamentos que atenderán a 350 adolescentes en riesgo de deserción escolar, siete de ellos se instalarán en el municipio de Durango y tres en Gómez Palacio, con la colaboración de profesores y tutores voluntarios que participan en la construcción del tejido social con la formación de adolescentes.

 

Con relación a la implementación de estos campamentos en el caso de Michoacán, se instrumentaron porque esa entidad es la tercera con el índice más alto de deserción escolar, y a ello se suma que tiene comunidades con alto nivel de violencia como son Aquila, Nocupétaro y Titzio.

 

En el caso de Sinaloa, que también fue parte de la etapa experimental, la zona de la sierra y la capital Culiacán, enfrentan altos índices de violencia y zonas con alto grado de marginación.

 

En Nuevo León, los barrios de la capital Monterrey, así como los municipios conurbados como Guaalupe, hay condiciones para la instalación de este tipo de campamentos, para evitar que los adolescentes deserten de las escuelas y se enrolen en el narcotráfico.