La fortuna hasta ahora conocida de Javier Villarreal, hijo de una familia con una tortillería en Tamaulipas y ex funcionario del gobierno coahuilense, asciende a 30 millones de dólares, el triple de la del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien según medios de aquel país, asciende a 10 millones de dólares.

 

Desde abril pasado, el gobierno estadunidense anunció haber incautado en febrero propiedades en San Antonio y Valle del Río Grande a nombre de Lorenzo Shuessler y Teresa Botello, concuño y esposa de Javier Villarreal, respectivamente.
Entre los inmuebles estaban el ubicado en North Pointe Retail Center, una plaza comercial en Redland Road y carretera 281, una casa, farmacias, bodegas, terrenos campestres y otros predios, entre los que estaban las usadas por las empresas Alpes Group LLC y LLC Toyland.

 

 

Según dio a conocer la autoridad fiscal estadunidense en conjunto con la Procuraduría de Justicia de Texas, el monto total de las propiedades incautadas ascendía a 20 millones de dólares (más de 300 millones de pesos).
Días más tarde, la DEA anunció que las propiedades fueron adquiridas con recursos procedentes del banco mexicano IXE, en trasferencias que Javier Villarreal hizo en menos de cuatro meses hacia el banco JP Morgan Chace, llegando a un monto de 20 millones de dólares en diciembre de 2009.

 

Tras encontrar los investigadores de la DEA que los recursos podrían provenir de lavado de dinero, pidieron una orden al gobierno para incautar también las cuentas, que para febrero pasado, ya sólo contaban con 6.5 millones de dólares.
A estos 26.5 millones de dólares se suma el millón más que según la oficina de antilavado de dinero del banco JP Morgan, Villarreal utilizó en vuelos de avión entre México y Estados Unidos, además de 703 mil dólares que el ex funcionario le depositó a su esposa Teresa en diciembre del 2011.

 

A la fortuna se agregan 67 mil dólares que le descubrieron en febrero pasado cuando fue detenido en el condado de Smith, Texas, y 20 mil dólares que pagó de fianza, más la fianza de 10 millones de pesos (unos 740 mil dólares) que desembolsó en Coahuila cuando fue aprendido en octubre de 2011.

 

En total 29 millones 30 mil 740 dólares, a los que se les suman, 190 mil 407 dólares de una propiedad a nombre de Paola su hermana, otro predio a nombre de su papá, Héctor Villarreal, de un millón 132 mil 128 dólares, un auto lavado adquirido en 90 mil dólares y otra propiedad a nombre de su mamá Paula Hernández, de 62 mil 495 dólares, todos en Brownsville.

 

Los poco más de 30 millones de dólares de la fortuna hasta ahora descubierta de Javier Villarreal, superan en tres por uno al patrimonio que según medios de comunicación estadunidenses, le atribuyen al presidente de Estados Unidos.
Según publica usatoday.com, “su activo aparece como de 9.9 millones de dólares… y una hipoteca de una casa en Chicago de entre 500 mil y un millón de dólares”, cerrando la cantidad total en 10 millones de dólares.

 

Le atribuyen su fortuna, no a su sueldo como presidente, de unos 33 mil 394 dólares al mes, sino a las regalías de su libros que le pueden representar hasta un millón de dólares al año cada uno, entre los que destacan Carta a mi hija, Sueños de mi padre o Audacia de Esperanza.

 

Mientras tanto, Javier Villarreal, quien ganaba 92 mil pesos al mes como titular del SATEC en Coahuila, para poder llegar a la fortuna que se le ha descubierto, tendría que haber trabajado más de 350 años de su vida para recabar los 30 millones de dólares (360 millones de pesos aproximadamente) cantidad que tampoco pudo haber alcanzado con la tortillería y cafetería que su familita tiene en Tamaulipas.