La Procuraduría General de la República (PGR), la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) y el Departamento de Justicia de ese país, intensificaron el intercambio de información e inteligencia con el objetivo de finiquitar, en el corto plazo, la captura de los narcotraficantes Joaquín El Chapo Guzmán y Heriberto Lazcano Lazcano, El Lazca.
Autoridades de la PGR revelaron a 24 HORAS que los asesinatos seriales ocurridos en los últimos días en estados fronterizos del país, han despertado también preocupación en el gobierno de EU, ante el potencial de una escalada de violencia que incluso tenga repercusiones políticas.
Los reportes de inteligencia surgidos desde los Estados Unidos, habían advertido ya, desde hace varios meses, que el Cártel del Pacífico, liderado por El Chapo, y Los Zetas, comandados por El Lazca, lejos de debilitarse, emprenderían una fuerte lucha por el apoderamiento que derivaría en hechos de violencia extrema.
En este contexto, México y Estados Unidos a través de las referidas dependencias, fortalecieron el intercambio de inteligencia y de cualquier vestigio de información en torno a los dos narcotraficantes en particular, con la finalidad de llevar a cabo un rastreo efectivo que permita su ubicación y captura.
Incluso, se prevé para los próximos días un encuentro privado entre la procuradora Marisela Morales y el embajador Embajador de Estados Unidos en México, Anthony Wayne, en el que se afinarán las directrices a seguir para la persecución de los referidos capos.
El abatimiento de Guzmán Loera y Lazcano Lazcano, es visto por la PGR y sus homólogos del norte no solo como un golpe a la cúpula de ambas organizaciones delictivas, sino como una acción con fuerte contenido simbólico, que reforzaría públicamente la convicción de que las autoridades de ambos países sí tienen la capacidad de afectar a la delincuencia organizada.
Aunque la trayectoria criminal de Guzmán Loera se extiende por más de dos décadas, su aprehensión se convirtió en una de las prioridades del gobierno de México desde su fuga del penal de Puente Grande, Jalisco, a principios de la década pasada, lo que le valió ocupar una posición de liderazgo definitivo en el entonces Cártel de Sinaloa.
Para los Estados Unidos, ha sido un objetivo prioritario desde hace al menos cinco años, e incluso ofrece una recompensa de 7 millones de dólares por su captura, la máxima cantidad que se haya ofrecido para un delincuente no terrorista.
Lazcano, líder de Los Zetas, es considerado por Estados Unidos como uno de los delincuentes más sanguinarios y una amenaza real para la estabilidad de la frontera, luego de que paulatinamente logró imponerse sobre sus antiguos aliados del Cártel del Golfo.
Les atribuyen violencia
Desde principios de mayo ambos gobiernos advirtieron muestras claras de que la rivalidad entre Los Zetas y el Cártel del Pacífico había alcanzado un nuevo nivel, lo que quedó de manifiesto la semana pasada con asesinatos seriales que dejaron mas de 90 muertos, noticia que incluso fue recuperada por múltiples diarios estadunidenses en sus ediciones de domingo y lunes.
La situación obligó incluso a la administración de Felipe Calderón, a reconocer primero con un comunicado y luego en una conferencia en la Secretaría de Gobernación, que ésta escalada de violencia era resultado de la rivalidad entre las dos organizaciones delictivas.
En la PGR señalaron que el gobierno de los Estados Unidos ya dio muestras del endurecimiento en su estrategia contra El Chapo, luego de que el 8 de mayo anunció el congelamiento de los bienes y la prohibición de vínculos comerciales con los dos hijos del capo, Iván Archivaldo Guzmán Salazar y Ovidio Guzmán López.
El objetivo conjunto ahora, según lo dicho por las fuentes consultadas, es lograr en cuestión de semanas un “golpe significativo” en contra de los referidos cárteles del narcotráfico, considerados ambos los más poderosos del continente.