La actriz Susana Alexander celebra cinco temporadas con la obra Yo soy una buena  abuela, madre y suegra judía y sorprende por su vitalidad y sentido del humor, lo mismo hace teatro y dicta conferencias que escribe textos para diversas editoriales.

 

Claro que, entre risas, lamenta no ser un ídolo juvenil como Luis Miguel.

 

“Lo único que no me explico es cómo carajos le hace (Luis Miguel) para meter 22 mil gentes en un solo día, nosotros nos tardamos más de mil representaciones”.

 

¿Siempre lo mismo durante 32 años?

¡Ay no, que güeva! Nunca han sido los mismos diálogos y los textos los escribo yo.

 

A lo largo de su impresionante trayectoria, Alexander se ha hecho merecedora de infinidad de reconocimientos a nivel nacional e internacional. Al requerirle su opinión sobre cómo era el México cuando hizo su primera obra teatral, Variaciones para 5 dedos (1960, dirigida por José Luis Ibáñez) al país de Yo soy una buena abuela, madre y suegra judía, contesta: “México ha cambiado muchísimo, antes, las temporadas difícilmente llegaban a 100 representaciones. Antes, la familia se reunía para ver televisión, hoy cada quien tiene una tele en su cuarto, están metidos en la computadora o están twiteando con el celular”.

 

Se declara convencida de que arriba del escenario un actor debe estar profundamente comprometido con su trabajo, lo cual no quiere decir que no deba ganar dinero con éste.

 

“¡Por supuesto que sí!!, yo trabajo por necesidad, de mi depende muchísima gente”. ¿Hiperactiva yo..? Más bien, muy necesitada de dinero o hiper/muerta de hambre”.

 

Preocupada por el alto índice de inseguridad que se vive a lo largo y ancho del país, considera que ello se debe a la falta de educación, pues es un error pensar que solamente se educa en las aulas, cuando en realidad la educación se mama en el hogar; además de que ya no hay ningún respeto por la vida ni por la naturaleza, y todo ello se debe, dijo, al tipo de películas que ven nuestros hijos y la televisión “para tarados” que ahora se hace en México.

 

“Es terrible, vemos en los noticieros niños disparando con metralletas. ¡Eso no puede ser! La gente ya no convive a la hora de la comida, ni se reúnen para platicar. Ahí el mensaje de Yo soy una buena abuela, madre y suegra judía, unirlos ante cualquier vicisitud”.

 

Partidaria de la evaluación de los profesores para lograr mayores niveles en la educación, la actriz reitera que los maestros no están lo suficientemente preparados para serlo y recuerda que en Morelia se le acercó un maestro para preguntarle ¿Cómo le hago para enseñar a leer a mis hijos, nos los puedo reprobar porque me reprueban a mi? “¡Qué vergüenza!”

 

Así que reitera que lo que falta en México es “¡Educación, educación y más educación!”

 

Susana Alexander ha estado alejada de las pantallas desde hace ya varios años, ya que considera que actualmente no solamente se hace una televisión para “jodidos”, sino que es “para retrasados mentales o tarados”.

 

“Los modernos productores, de ambas televisoras, se la pasan haciendo refritos y más refritos de lo que algún día fueron éxitos televisivos y tal parece que se les quemó el cerebro de tanto pensar y son conformistas con raitings mediocres”.

 

 

¿Qué apoyo ha recibido de Conaculta?

Yo no trabajo para Conaculta. ¡¡Punto!! Cuando Víctor Flores Olea fue presidente del Consejo me llamó para pedirme opinión sobre cómo mejorar el teatro en México. Jamás he pedido becas ni nada, no me hace falta Conaculta para nada.

 

Interesada en el acontecer nacional, la actriz confiesa que, aunque ya sabe que las próximas elecciones las ganará Peña Nieto, aparte de que lo considera “muy guapo”, aún no sabe por quien va a votar, prefiere escuchar “las necedades de cada uno” durante el debate de hoy domingo y decidir.

 

Sobre si sería bueno tener una mujer en la Los Pinos, argumenta: “ya lo vimos en Chile; en Alemania hay una vieja maravillosa; la Tacher no me gustó ni su mentalidad; Josefina como que no cuaja”.

 

Con respecto a López Obrador dice: “No le creo nada después del desmadre en Paseo de la Reforma y ahora derrama amor”.

¿Gabriel Quadri? “No sé quién demonios sea ese chango”.

 

Por último, subraya que “ni que estuviera loca” para participar en política, ni siquiera como secretaría de cultura de la ANDA.

 

“Mi trabajo es arriba de los escenarios y en la política hay mucha mierda y huele feo”.

 

AL TEATRO:

Yo soy una buena abuela, madre y suegra judía

 

Una abuela y suegra judía, divierte, entretiene y aconseja al público, al que también de vez en cuando regaña.

Comparten el escenario con Susana Alexander, Enrique Becker, Amara Villafuerte, Iván Caraza, José Ignacio Guerrero, Ariana Candela y Rebeca Lucía Irabien.

Sábados (6 y 8:30) y domingos (6:00) en el teatro Wilberto Cantón, (José María Velasco 59, col. San José Insurgentes)