La producción de frijol en el país se ha visto afectada por la fuerte sequía en los últimos años, pero el consumo de la leguminosa también se ha ajustados a los cambios demográficos y hábitos de la población. De acuerdo con la industria, por comodidad, 23% ha optado por el producto enlatado.

 

La incorporación de la mujer al mercado laboral, la reducción en el número de integrantes de la familia, así como la alta migración a las ciudades son algunos de los factores que incide en una mayor demanda de productos enlatados.

 

Tan sólo el año pasado, 91 mil 717 toneladas de frijol fueron demandados por la industria. En ese año, la producción nacional fue de apenas 592 mil toneladas.

 

De acuerdo con cifras de la empresa Hérdez, 23% de los consumidores prefiere ahora estos productos debido al acelerado ritmo de vida actual. “La incorporación de la mujer al mercado laboral, la reducción de números de integrantes en las familias y la alta migración a las ciudades son los principales factores por los que las familias prefieren estos productos.

 

“Ahora ya no consumen tanta comida y muchas veces eso se va al desperdicio porque no se acaba, entonces prefieren estas porciones más pequeñas y sencillas, que se preparan de la misma manera tradicional”, explicó Óscar Carmona, gerente corporativo de la compañía.

 

Este grano se mantiene en la dieta diaria de los mexicanos desde hace siglos, sin embargo, de acuerdo con cifras de la Sagarpa, el consumo per cápita en los últimos años ha disminuido hasta llegar a un nivel de 11 kilogramos por persona, aunque el nivel más bajo se observó en 2000, cuando se ubicó en 9.4 kilogramos.

 

La producción se seca

 

El año pasado se perdieron en el país 550 mil toneladas de frijol por diversos factores asociados al clima, lo que obligó a la importación de 170 mil toneladas para compensar las pérdidas en lo que se espera la producción de este año. Frente a esto, investigadores nacionales y extranjeros trabajan ya en la búsqueda de cruzas de distintas especies para hacer más resistente al grano.

 

Alfonso Delgado, investigador del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que en las universidades nacionales experimentan una combinación entre el frijol terapi y el frijol vulgaris para crear una nueva especie que resista la poca lluvia que cae en Zacatecas, Sinaloa, Durango, San Luis Potosí y Chihuahua.

 

El terapi, señaló, es una especie que crece en zonas áridas, como la sierra Tarahumara. Sin embargo, también es distinto en forma y sabor a la especie que consumimos en el centro y sur del país.

 

“Por ello se está experimentando en las cruzas, de manera que tengamos una especie más fuerte pero con el mismo sabor de siempre”, dijo el investigador.

 

Además, las universidades nacionales, así como las de Estados Unidos y Canadá estudian el genoma de la semilla, a fin de hacer especies que enfrenten los cambios climáticos que viven sus lugares de siembra.