La canadiense Cynthia Ann Vanier, acusada por la PGR de haber liderado un complot internacional a través del cual se pretendía introducir a Saadi Gadafi, hijo del extinto dictador libio Muammar Gadafi y a su familia a México, acusó al gobierno del presidente Felipe Calderón de violaciones a sus derechos humanos y procesales.

 

En una entrevista concedida a periodistas del portal canadiense de noticias CBC News desde la cárcel de Chetumal, donde permanece recluida, Vanier sostuvo que el gobierno mexicano ha violado sus garantías estipuladas por el Tratado de Viena para personas acusadas de un delito en un país extranjero.

 

“Hemos sido tratados como criminales desde el primer día de nuestra detención, exhibidos ante la prensa y fotografiados por delitos que no cometimos”, acusó la mujer.

 

En la entrevista explicó que tras haber sido detenida en noviembre pasado en la Ciudad de México, permaneció cuatro días y medio totalmente privada de su libertad y sin acceso a ningún abogado ni a un traductor, e incluso sin que se le notificara a tiempo al Consulado de Canadá. Agregó a su vez que fue golpeada por un oficial mexicano.

 

Se trata de acusaciones similares a las realizadas por la francesa sentenciada por secuestro Florence Cassez, cuyo caso continúa siendo revisado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, luego de que se comprobó que no recibió la asistencia consular oportuna violando los tratados internacionales.

 

La Procuraduría Genera de la República (PGR) informó en noviembre pasado, que se había logrado desarticular una red delictiva que pretendía introducir a México a Saadi Gadafi, utilizando para ello pasaportes e identidades falsas.

 

Los detenidos por este hecho fueron Cynthia Vanier, señalada como líder del grupo, y tres de sus presuntos cómplices: el sueco Pierre Christian Flensborg, y  los mexicanos José Luis Kennedy Prieto y Gabriela Dávila Huerta.

 

“Absolutamente falso, todo suena como una historia de Tom Clancy (escritor de thrillers militares), nunca he cometido un acto ilegal en mi vida y ni he estado involucrada en nada de lo que se señala”, sentenció Vanier en la entrevista.

 

La extranjera acusó en específico al presidente Felipe Calderón de haberla señalado como la cabeza de un grupo criminal durante la pasada reunión de líderes de América del Norte, a la que asistió el primer ministro de Canadá, Stephen Harper, pese a que el juicio iniciado en su contra aun se encuentra en desarrollo.

 

Insistió en que no ha sido respetado su principio de presunción de inocencia y que las pruebas presentadas en su contra fueron “fabricadas” por la PGR.

 

Vanier arremetió también en contra del propio gobierno de Canadá al que acusó de no actuar para defenderle ante lo que ella califica como una “flagrante violación a sus derechos”, y exigió a Ottawa que se investigue su caso.