Los cuatro aspirantes al Gobierno del Distrito Federal sustituirán en la boleta electoral sus nombres de pila para aparecer con los nombres con que son conocidos ante el electorado y en las encuestas.

 

No obstante, el cambio de nombre debe ser avalado mediante una fe notarial y aprobado por el pleno del consejo general del Instituto Electoral del DF (IEDF).

 

El caso de mayor trascendencia es el de la abanderada del PAN al gobierno capitalino, ya que muy pocos del electorado conocen a María Isabel Miranda Torres.

 

Ante esta situación, Acción Nacional solicitó a los consejeros electorales que la boleta sea impresa con el nombre con el que es comúnmente conocida y que adquirió al contraer nupcias: Isabel Miranda de Wallace.

 

Miguel Ángel Mancera solicitó que suprima su segundo apellido que es Espinoza.

 

Lo anterior, debido a que así es como se difunde su publicidad desde el proceso interno de selección de candidato a jefe de Gobierno del PRD.

 

La priista Beatriz Paredes pidió la eliminación también de su segundo nombre que es Elena.

 

En 2006, la abanderada priista también solicitó al IEDF la modificación de su nombre para aparecer como Beatriz Paredes y procedió cabalmente.

 

En tanto, Rosario Guerra no presentó fe notarial, pero tiene el propósito de que no se imprima su nombre completo: María de Rosario Elena Guerra Díaz.

 

Néstor Vargas Solano, consejero electoral del IEDF, aseguró que la solicitud de los candidatos es viable, siempre y cuando sea acompañada por la fe notarial que acredite que son la misma persona.

 

Expuso que ninguno de los consejeros ha manifestado su inconformidad ni se ha pronunciado contra la modificación.

 

Recordó que en 2006 se hizo la modificación con el actual jefe de Gobierno capitalino.

 

El entonces abanderado del PRD, PT y Convergencia pidió al IEDF que se eliminara su segundo nombre, que es Luis para aparecer en las boletas como Marcelo Ebrard Casaubon.

 

Vargas explicó que ya existe una tesis de jurisprudencia en cuanto a la sustitución de nombres de los candidatos; no obstante, existe el riesgo que alguien impugne la modificación de los nombres de los candidatos.

 

Añadió que en ese caso podría quedar sin efecto al comprobarse que se hizo una adecuación del nombre, pero en ningún momento se incluyó un alias, lo cual si está prohibido legalmente.