BUENOS AIRES. La presidenta argentina, Cristina Fernández, apostó ayer por el “diálogo” para resolver el conflicto con el Reino Unido por la soberanía de Malvinas y adelantó que pidió a la Cruz Roja Internacional colaboración para el reconocimiento de los soldados sin identificar enterrados en las islas.

 

Fernández encabezó en Ushuaia, la capital de Tierra de Fuego y para los argentinos también la capital de Malvinas, un acto con un marcado carácter nacionalista en conmemoración del 30 aniversario de la toma de las islas por tropas argentinas que hizo estallar una guerra contra el Reino Unido, el 2 de abril de 1982.

 

Fernández adelantó además que, el pasado viernes, envió una carta a la Cruz Roja Internacional para pedir su intercesión ante el Reino Unido para facilitar la identificación de los soldados caídos en la guerra y enterrados como no identificados en el cementerio de Darwin, en Malvinas.

 

A la par Fernández dijo que “no es posible” que el derecho internacional “pueda ser violado por los poderosos” que ejercen el derecho a veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU).

 

Al criticar a los países “poderosos”, Fernández puso sobre el tapete el hecho de que Estados Unidos y el Reino Unido vetaron una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU en favor de un alto el fuego en plena guerra de las Malvinas, lo que tuvo un alto coste para las relaciones de Washington con América.

 

Mientras tanto en Buenos Aires una marcha de protesta contra Reino Unido terminó en batalla campal cuando grupos radicales se enfrentaron con la policía frente a la embajada británica en la capital argentina.

 

Los incidentes se produjeron cuando los miembros de al movilización arrojaron piedras y cócteles molotov a las fuerzas de seguridad que custodiaban la embajada británica.

 

Un fuerte dispositivo policial repelió la agresión de esos grupos con camiones hidrantes, pelotas de goma y gases lacrimógenos.