Coatzacoalcos. Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial del Movimiento Progresista, denunció que hay medios de comunicación que pretenden imponer a Enrique Peña Nieto como presidente y por ello ofrecen una cobertura parcial.

 

Por ello llamó a la ciudadanía a no dejarse manipular por la publicidad y la mercadotecnia política.

En su segunda conferencia “mañanera” expuso su descontento con la labor que algunas televisoras han hecho con su persona.
Sobre Peña Nieto, candidato de la coalición Compartamos México (PRI y PVEM), dijo que es un producto de telenovela, mientras que él han hecho una leyenda negra.

Aseguró que el acceso a la información es indispensable para la democracia.

 

Fijó como tema para el debate de este día, el derecho a la información, ante lo que consideró cerrazón y manipulación, principalmente por parte de las televisoras.
 La conferencia inició con sus condolencias a la UNAM por la muerte del ex rector Jorge Carpizo. También se refirió a la cobertura en Educación.
Llamó a los ciudadanos a hacer un uso más intensivo de las redes sociales y aclaró que no contratará empresas profesionales que le ayuden a difundir su mensaje en ese tipo de comunicación.

El 80% de la población, dijo, no se enteró que Enrique Peña Nieto, candidato del PRI, no fue capaz de citar tres libros, debido a que la televisión no informó en su momento sobre ese hecho y sólo lo retomó de manera marginal una vez que explotó en las redes sociales.

 

Por el contrario, dijo, los medios de comunicación “han hecho de mi persona y del Movimiento una imagen distorsionada, una leyenda negra que no corresponde a la realidad”.

 

Esto, agregó, es lo que debe conocer el pueblo de México y “es mi obligación denunciarlo”.

 

López Obrador afirmó que la manipulación de los medios favorece también a la candidata panista Josefina Vázquez Mota, ya que a fin de cuentas lo que se busca es que nada cambie, que todo permanezca igual, o de otra manera, fingir que se cambia para que nada cambie, el clásico “gatopardismo”.

 

Llamó a sus contrincantes a que acepten debatir, sin telepronter de por medio sobre los verdaderos problemas del país y las propuestas de solución, más allá de banalidades como la apariencia o las risas permanentes, pensadas para la televisión que se quedan en la superficialidad.