El homicida que se atribuyó la peor ola de ataques terroristas perpetrada en Francia en varios años, Mohamed Merah, fue enterrado el jueves en un cementerio de Toulouse, poniendo fin al debate de qué hacer con los restos mortales de un hombre a quien el presidente Nicolas Sarkozy tildó de “monstruo”, luego de que de Argelia se negó la víspera a aceptar el cadáver del islamita, argumentando razones de seguridad.

 

Familiares de Merah, un francés de origen argelino que fue abatido por la policía la semana pasada tras quitarle la vida a tres niños y un profesor de una escuela judía en Toulouse, tenían el deseo de sepultarlo en Argelia, para evitar que su tumba fuera saqueada.

 

Pese a que la familia hizo todas las gestiones para trasladar el cuerpo de Merah a la localidad argelina de Bezaz, al sur de Argel, de donde es originario su padre, al último minuto, a las autoridades indicaron que no podrían recibir el cuerpo por razones de seguridad.

 

Ante la negativa de Argelia, Djamel Sekkak, responsable de la funeraria encargada de la inhumación busca este jueves permiso de las autoridades de Toulosue para el entierro, aunque el Ayuntamiento se ha negado también a acogerlo.

 

“El entierro en la ciudad de Toulouse no es oportuno”, afirmó el alcalde de Toulouse, Pierre Cohen, tras solicitar al prefecto de la región retrasar el entierro por 24 horas y exigir al gobierno federal un lugar para sepultar a Merah, cuyo cuerpo permanece en la morgue.

 

El responsable del funeral dijo que Argelia se negó a aceptar al asesino confeso de Toulouse para evitarse problemas y que alegó en todo momento que se trata de un ciudadano francés, nacido en Francia y que creció en Francia por lo que debía ser sepultado ahí.

 

Sekkak consideró muy probable que Merah sea sepultado en el sector musulmán del cementerio de Cornebarrieu, de Toulouse, aunque indicó que aún siguen las discusiones sobre el traslado del cuerpo.

 

Dalil Boubakeur, Rector de la Gran Mezquita de París, confirmó que el Ministerio del Interior de Francia examina el lugar del entierro, ante la negativa de Argelia y el Ayuntamiento de Toulouse de permitir el entierro.

 

En el mismo sentido se pronunció el presidente Nicolas Sarkozy, quien en plena campaña electoral en el departamento de Hérault, sur de Francia, pidió no polemizar el caso, “era francés, tiene que ser enterrado”, dijo a la televisora BFMTV.