La magnitud del sismo del pasado martes se determinó a los tres minutos que inició el movimiento telúrico, el cual dio una lectura de 6.9 grados Richter; sin embargo, debido a que se expandió por otras partes de la República, las mediciones fueron cambiando.

 

En entrevista con Carmen Aristegui para MVS Noticias, Carlos Valdés, director del Servicio Sismológico Nacional aseguró que dicho cálculo se realiza de manera automática hasta que Estados Unidos lo estableció en una magnitud de 7.4 grados, mientras que México lo dejó en 7.8 grados.

 

El especialista explicó que en el caso de Japón, se subestimó la magnitud del terremoto y ello desató la tragedia; a diferencia de México, que hubo un comportamiento ejemplar y rápido ante el sismo.

 

Sin embargo, aseguró que puede suceder un sismo de grandes magnitudes, pues dada la brecha sísmica que existe en Guerrero, que se ubica ente Acapulco y Petatlán, desde 1911 no ha ocurrido un sismo importante, y es la parte más cercana a la ciudad de México; consideró que 100 años es mucho tiempo, pues se está acumulando demasiada energía.

 

“El gran sismo tiene que ocurrir, pero no sabemos cuándo; puede ocurrir entre los próximos 10 años, es el mayor acercamiento que se puede hacer”.

 

Valdés señaló que hay diversas zonas sísmicas; por ejemplo, Ciudad Universitaria, en comparación con el Aeropuerto, tiene una diferencia de 40 veces más de percepción.

 

Explicó que en el sismo del 85, lo que generó tanta destrucción fue el efecto de golpeteo entre los edificios. Los edificios pequeños golpeaban a los más altos que tenían de lado, hasta fracturar la estructura.