Un programa para detonar un cambio de actitud entre la población para que se haga responsable de su vida, sus decisiones y la solución de sus problemas dio a la organización social mexicana IMIFAP-Yo Quiero Yo Puedo el reconocimiento del Banco Interamericano de Desarrollo al mejor programa de Desarrollo Regional de Latinoamérica y el Caribe.

 

La organización, junto con otras tres de la región, obtuvo el premio de entre 242 candidatos por su labor a favor de la educación y la lucha contra la pobreza al promover las capacidades y habilidades personales y el desarrollo humano sostenible, “para que los individuos tomen el control de su propia vida, transformándose en agentes de cambio para construir mejores familias, instituciones, comunidades y políticas públicas”, explica Susana Pick, presidenta de la organización.

 

Durante sus casi 27 años de labor, esta organización mexicana ha implementado el programa “Yo quiero Yo puedo” en 11 países de Latinoamérica y el Caribe beneficiando a más de 20 millones de personas en diversos temas relacionados con educación, ciudadanía, salud y microfinanzas, siendo un eslabón fundamental en la creación de estrategias de apoyo para los sectores mas vulnerables de la sociedad.

 

La organización trabaja en coordinación con empresas como Walmart, las secretarías de Educación, Salud y Desarrollo Social, Naciones Unidas, universidades como Harvard así como otras organizaciones para detonar un cambio de actitud en la población gracias a programas, talleres y diplomados de educación, salud, finanzas personales, programas vivenciales y distintas actividades orientadas a enseñarles cómo conseguir las cosas en lugar de vivir al amparo de los programas institucionales.

 

A través de facilitadores y voluntarios, la organización tiene más de dos décadas realizando materiales y dando cursos para que los habitantes de zonas marginadas a lo largo de México “pasen de ser sujetos de obediencia y presión de normas sociales a ser personas que tomen iniciativas, que sean productivas y entienden cuáles son sus derechos, obligaciones y tomen en control de su vida. Pasan de ser estudiantes en el salón de clases a gente que interactúa. Pasan de ser padres y madres de familia que se sujetan a padres que piden maestros capacitados para sus hijos”, dice Pick.

 

Generar este cambio de actitud tiene distintas etapas, pero para convertir ana persona en agente de cambio y “empoderarla” para que sea capaz de tomar sus decisiones e influir en su comunidad se llevan 18 meses y Yo Quiero Yo Puedo lo realiza vía talleres y experiencias vivenciales para demostrarla a la gente lo que puede lograr si es capaz de tomar una decisión.

 

Gracias a este cambio de actitud ha sido posible que en comunidades de Oaxaca, Chiapas y otras entidades se haya logrado aterrizar proyectos productivos como la marca de conservas Tía Lore, que se vende en Walmart.

 

La apertura de más de 180 bancos comunitarios, que han logrado una recuperación de 99% de los préstamos “sin presión social ni humillaciones”.

 

Asimismo, la capacitación de más de 11.5 millones de jóvenes en temas como democracia, participación ciudadana y prevención de conductas como la violencia en el noviazgo.

 

La bolsa del premio otorgado por el BID, de 55 mil dólares, ayudará a la organización a arrancar empresa social en educación “para actualizar materiales que tenemos, que se rediseñen 30 de nuestros libros, tenemos cerca de 300 libros y manuales, vamos a rediseñar 30”. Parte de los recursos se utilizarán también para implementar entre comunidades marginadas un programa de fomento a la lectura.