Las víctimas de la supuesta banda de los Zodiaco (Cassez y Vallarta), están en el peor de los mundos. Padecieron un secuestro, los ayudaron a emigrar pero, aunque mantienen su llanto público, el caso no termina. El proceso de Vallarta no ha cerrado ni el periodo de aportación de pruebas, y hay constancia de la CNDH de que fue torturado. Mientras, el de la francesa se encuentra en la última etapa con evidencia contundente de sus irregularidades y abuso de sus derechos humanos.

 

Si este gobierno promovió la reforma que eleva los derechos humanos a rango constitucional ¿Por qué prefiere presionar a la SCJN, pelear con Francia e inundarnos con discursos inconsistentes para descalificar la relevancia del debido proceso en vez de reconocer sus abusos? ¿Por qué la CNDH contraviene su propio mandato constitucional e interviene en asuntos judiciales?

 

García Luna dice que le importan las víctimas. Es difícil entender su preocupación. Si tiene tan genuino interés en ellas ¿No fue abusivo pedirles, después de meses de secuestro, que posaran para las cámaras? ¿Es respeto alterar un proceso al grado de hacerlo vulnerable legalmente? Si estaba tan seguro de la responsabilidad de los hoy inculpados, ¿Por qué arriesgarlo con una escenificación que no cuida ni las formas: La escenificación que salió en televisión muestra como, desde dentro de la casa, Cárdenas Palomino abría la puerta a los agentes federales!

 

Por manipular el proceso, pierden las víctimas y los mexicanos. Si Cassez fuera culpable, falló el fiscal, porque tarde o temprano será liberada: su expediente es insostenible. Si es inocente, pugna una condena injustamente mientras, los secuestradores andan sueltos. Esto no es hacer justicia a las víctimas. Para la Nación, el efecto es más perverso. El proyecto del ministro Zaldívar demuestra que las afectaciones al debido proceso violaron los derechos humanos e imposibilitaron la emisión de un juicio justo y certero. ¿Cuántos connacionales hay, en México, en las mismas circunstancias? La policía federal ha presentado en medios, incluso antes que al ministerio público, a cientos de presuntos delincuentes acusados sin pruebas confiables. Quedan estigmatizados por la sociedad y con el inevitable sesgo de sus jueces. Cassez, eventualmente, se irá a Francia. Si la Corte falla contra el proyecto de Zaldívar, nosotros quedamos a merced de autoridades que podrán seguir fabricando culpables para justificar su sueldo, mientras los delincuentes siguen en la calle.

 

La captura de inocentes como método de propaganda, calma deseos de venganza pero nos deja como sociedad, en la barbarie.

 

El presidente y todo el gabinete pueden arropar a García Luna y a su equipo, pero, ni construir una “policía de lo mejor del mundo” ni capturar al Chapo Guzmán será suficiente para evadir la responsabilidad de sus abusos contra el estado de derecho. Justificarlos es como validar a Pinochet, que mató y encarceló a cambio de estabilizar la economía Chilena. Los mexicanos, hoy, carecemos de protección ante sus abusos.

 

El ejecutivo tiene que construir instituciones no pisarlas. Debe litigar en tribunales, no en medios; debe sostener su caso en un debate racional y no en las lágrimas que exacerban las emociones. El estado de derecho debe prevalecer. No acabará la violencia con las balas de “la mejor policía del mundo” sino con el proceso civilizatorio que aporta la construcción de instituciones y el respeto a la ley. Esto es lo que tiene la SCJN en sus manos. La historia está por escribirse.

 

@cullenaa | Fb: La caja de espejo