Tres fallidos asuntos judiciales marcan el trabajo de Alfredo Castillo como procurador del Estado de México durante casi dos años: el atropellado caso de la niña Paulette, las mentiras y el robo a un poeta durante un cateo al investigar al grupo criminal La Mano Con Ojos, y hoy… la extraña fuga de un feminicida serial de las instalaciones ministeriales.

 

No es todo. Índices delictivos al alza, ejecuciones de la delincuencia organizada, y abusos de autoridad y corrupción en los cuerpos policíacos, han caracterizado la gestión de Castillo Cervantes desde el 25 de mayo de 2010.

 

Columnista en medios nacionales y opinólogo hasta de temas deportivos, su popularidad pública no lo ha salvado, sin embargo, de las críticas por las estadísticas que evidencian la problemática delictiva de la entidad donde procura justicia, ni por los yerros de alto impacto en que ha incurrido su dependencia.

 

La cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública dadas a conocer en enero, evidenciaron que el Estado de México fue la entidad con mayor incidencia delictiva e el 2011, luego de que se contabilizar un total de 267 mil 417 delitos del fuero común.

 

En materia de robos ocupó el primer lugar nacional el año pasado con 109 mil 112 casos, mientras que en lo referente a los homicidios dolosos registró mil 512 casos, lo que representa la quinta cifra más alta del país, solo detrás de Chihuahua, Guerrero, Nuevo León y Sinaloa.

 

Resulta también significativo el tema de los feminicidios, pues tan sólo en el 2010 (el primer año de Cervantes) se registraron cerca de 200 crímenes contra mujeres, lo que representó un incremento del 106% respecto al 2005 cuando la cifra fue de 97 casos, ubicando además a la entidad en el primer lugar nacional también en esta materia.

 

Castillo Cervantes fue nombrado procurador del Estado de México el 25 de mayo del 2010 por el entonces gobernador Enrique Peña Nieto, en sustitución Alberto Bazbaz. Tras el cambio de gobierno, Eruviel Ávila ratificó en su cargo a Castillo.

 

Licenciado en derecho por la UAM, ha ocupado diversos cargos entre los que destacan el de asesor de la oficina del Procurador General de la República; director de Planeación Estratégica de la AFI, y director de Concertación, Modernización y Profesionalización de la SSP federal.

 

En su gestión al frente de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM) se ha caracterizado por mantener un alto perfil en medios de comunicación, ya sea presentando a detenidos e incluso realizando él mismo los interrogatorios.

 

Además, desde diciembre del año pasado aparece frecuentemente en columnas de diversos medios de comunicación, contando generalmente historias de corte policíaco, e incluso el 6 de febrero escribió en un conocido diario deportivo una columna sobre sus impresiones del Super Bowl pasado.

 

Pero tal vez han sido los errores en casos de alto impacto lo que ha marcado con mayor fuerza la gestión de Castillo hasta el día de hoy.

 

Caso Paulette

 

Como subprocurador regional de Cuatitlán Izcalli, Castillo llevó gran parte de la investigación relacionada con la desaparición de la menor Paulette Gebara Farah, que a la larga le costó el puesto a su jefe, el entontes procurador mexiquense Alberto Bazbaz.

 

La niña fue reportada desaparecida el 22 de marzo, luego de que llegó a su domicilio donde vivía con su hermana y sus padres, en la zona de Interlomas. Diez días después, el cuerpo de la menor fue encontrado debajo del colchón de su recámara, pese a que el domicilio ya había sido registrado con anterioridad por los funcionarios mexiquenses.

 

Sustentándose en las indagatorias de Castillo, el entonces procurador Basbaz solicitó el arraigo de los padres de la niña, Muricio Gebara y Lizette Farah, por supuestas inconsistencias en sus declaraciones. No obstante, días más tarde fueron liberados luego de que no se sustentara la hipótesis, lo que derivó en múltiples críticas a la procuraduría.

 

El 21 de mayo, el titular de la PGJEM dio a conocer que la niña había muerto por asfixia, al parecer accidentalmente, versión que dejó dudas incluso en la madre de la menor. Irónicamente, los fallos en su indagatoria terminaron beneficiando a Castillo, quien fue nombrado procurador una semana después tras la renuncia de Bazbaz.

 

Allanamiento a poeta

 

Con el pretexto de capturar al supuesto líder de la organización criminal La Mano con Ojos, agentes de la PGJEM allanaron la madrugada del 11 de agosto del 2011, sin órdenes judiciales, al menos tres viviendas de la zona sur de la Ciudad de México, incluida la del poeta Efraín Bartolomé, a quien le robaron diversos artículos, entre ellos un reloj antiguo.

 

Castillo Cervantes tuvo que justificar en conferencia de prensa que se habían invadido las viviendas por la “premura” de la captura; sin embargo, al enterarse del robo, se trasladó directamente al domicilio de Bartolomé a pedirle una disculpa y regalarle su reloj en sustitución del hurtado.

 

A la larga, sólo un elemento de la Policía Ministerial fue destituido y procesado por estos hechos, en los que diferentes actores políticos y medios de comunicación cuestionaron el excesivo uso de la fuerza y abuso de autoridad.

 

Derivado de ese operativo, Castillo presumió la captura de Oscar García Montoya alias El Compayito, a quien él mismo interrogó y lo calificó como líder de La Mano con Ojos, anunciando que quedaba prácticamente desarticulada esa organización.

 

La realidad ha sido otra, pues los homicidios de esa organización continuaron ahora bajo el mando de Emilio Chamorro Almazán, alias El Tejón, aprehendido por la Policía Federal el 5 de febrero.

 

Cifras de la Procuraduría del Distrito Federal estiman que tan sólo de noviembre del 2011 a febrero año, se han perpetrado cerca de 15 ejecuciones (entre ellos varios decapitados) en delegaciones y muicipios del poniente del Valle de México, ligados con el grupo que Castillo “desarticuló” unos meses atrás.

 

 

Fuga de El Coqueto

 

La fuga de Cesar Armando Librado Legorreta, alias El Coqueto, vinculado con siete feminicidios y ocho violaciones, ocurrida el pasado fin de semana, es el último yerro de la administración de Castillo.

 

Ayer, en conferencia de prensa, el procurador mexiquense admitió que la actuación negligente de sus agentes derivó en la fuga del implicado, quien ya se encontraba confeso de todos los hechos delictivos que se le imputaban.

 

“Es cuestión de tiempo” para que lo detengamos, dijo Castillo, asegurando que el presunto violador y homicida “no tiene donde esconderse”. Hasta el cierre de esta edición, seguía libre.