Como no se entiende muy bien lo que se puede tratar y lo que no se puede tratar en este mes y medio de indefinición jurídica, de antemano hago del conocimiento de los consejeros del Instituto Federal Electoral que ningún candidato a puestos de elección popular pagó un centavo por lo que en este espacio se comente, ni ejerció influencia alguna sobre el que esto escribe. Dicho lo cual:

 

Una de las lecciones de la crisis europea es que un gobierno debe mantener su gasto corriente dentro de límites razonables. Entre los países de la OCDE, México es de los que más gasta en salarios como proporción del PIB, circunstancia peligrosa. Cómo corregirlo es uno de los retos del país.

 

Una de banderas que ha caracterizado siempre a Andrés Manuel López Obrador es la de ahorrar dinero público reduciendo de manera sustancial el ingreso de los funcionarios. No sólo lo usó como tema de campaña desde 2006, sino que lo aplicó como jefe de Gobierno del DF. Como argumento, puede resultar muy popular y atractivo, ¿Pero, bajar el salario de todos es realmente la respuesta para ahorrar dinero?

 

Con frecuencia se publican notas en los diarios que dan cuenta de lo que llamamos “fuga de cerebros”. Son mexicanos que se educan a niveles de excelencia, ya sea en México o en el extranjero, y que emigran a otros países donde encuentran mejores ofertas salariales. La gente con talento y capacidad para gobernar debería ser una prioridad de cualquier administración, pero hay que ser competetitivo en el tema de los sueldos con la iniciativa privada. Y el dinero para hacerlo existe.

 

México sería sin duda un mejor país si ese talento se quedara en casa, y más aún si algunos de ellos se convirtieran en servidores públicos. Pero son pocos. Ernesto Zedillo, un economista de talla mundial, se encuentra trabajando en Yale, donde no sólo no le quieren quitar hasta la pensión vitalicia a la que tiene derecho todo ex-presidente, sino que le pagan, y le pagan bien. Es más, se requirió un premio Nobel para que Mario Molina encontrara un nicho adecuado en el país. Si no lo hubiera ganado, seguramente seguiría fuera.

 

El problema, entonces, no son precisamente los sueldos. Si queremos funcionarios inteligentes, capaces, expertos, eficientes y honestos, les tenemos que pagar lo que valen, compitiendo con la iniciativa privada. El problema, más bien, es que desde que terminó la Revolución no ha habido un Presidente que termine su sexenio con un aparato gubernamental menor que con el que comenzó. Y el crecimiento de la alta burocracia en las dos últimas administraciones panistas ha sido un escándalo. Por eso no alcanza el dinero, no por los niveles salariales. ¿Deveras necesita tres secretarias el asistente del secretario particular del oficial mayor de una secretaría?

 

Los recortes de personal son traumáticos, pero en la IP son cosa de todos días. Es la manera de hacer eficiente una operación y de cuidar el dinero de la empresa: adelgaza la estructura deshaciéndose de los trabajadores superfluos, y mantiene a los mejores y bien pagados. Así debía ser el gobierno, porque el dinero que tiene a su cargo es el de todos.

 

Nos quejamos de los altos salarios y prestaciones que reciben los diputados, y con razón. Nos quejaríamos menos si bajaran de 500 diputados a 300, fueran a las sesiones y legislaran, elevando así la eficiencia en las labores de la cámara baja. Aunque ganen lo mismo.

 

Tuits

@Pajaropolitico

 

“Estoy en Estados Unidos”: Yarrington “Si en verdad la DEA tuviera algo en mi contra, ya me hubiesen agarrado”.

@diario24horas

 

Greg Sánchez, precandidato al Senado, admite tener fortuna de 965 mdp.

 

@JoseCardenas1

 

El tristemente célebre Juan Molinar Horcasitas sigue sumando puerqueces, dio un contrato de 3mmdp al primo de Margarita.

 

@jorgeberry