La directora de derechos humanos en la ONU afirmó que la violenta represión lanzada por el gobierno sirio contra manifestantes civiles que se han producido delitos de lesa humanidad desde marzo y que continúan.

 

Navi Pillay dijo a la Asamblea General que, según informes verosímiles, más de 5 mil 400 personas murieron el año pasado y que el número de muertos y heridos continúa aumentando día a día.

 

Pillay manifestó preocupaciones serias de que la agitación deliberada de las tensiones sectarias pueda precipitar a Siria en una guerra civil e insistió en que el gobierno del presidente Bashar Assad sea referido al Tribunal Penal Internacional.

 

Ante la Asamblea General de 193 miembros, la funcionaria acusó al gobierno sirio de aprovechar que el Consejo de Seguridad no condenó recientemente su represión a los manifestantes “para aplastar la disensión con fuerza abrumadora”.

 

La alta comisionada para los derechos humanos reiteró la advertencia del secretario general, Ban Ki-moon, de que la falta de acción del consejo no debía interpretarse como una licencia para matar.

 

“La naturaleza y escala de abusos del gobierno sirio indican que es probable que se hayan cometido delitos de lesa humanidad desde marzo de 2011”, precisó Pillay.

 

 

Pillay subió al podio después de un prolongado e infructuoso intento de Siria por impedirle hablar.

 

Se anticipa que la Asamblea General considerará una resolución no obligatoria similar a la resolución del Consejo de Seguridad que vetaron Rusia y China, para respaldar un plan de la Liga Arabe que dispone que Assad ceda el poder a su vicepresidente y permita la creación de un gobierno de unidad para despejar el camino de las elecciones. En la asamblea no hay vetos y los diplomáticos dijeron que podría haber una votación esta misma semana. (AP)