Argentina reforzará la pelea diplomática por la soberanía de las Islas Malvinas en los foros internacionales en el año que se cumplen tres décadas del inicio de la guerra que perdió ante Reino Unido.

 

La Cumbre de las Américas que se realizará en Colombia y las de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) y del Mercado Común del Sur (Mercosur) son los espacios en los que Argentina espera consolidar el respaldo a sus demandas anticolonialistas.

 

En septiembre próximo, además, la presidenta Cristina Fernández enfatizará ante la Asamblea General de Naciones Unidas el incumplimiento de Reino Unido a las resoluciones del organismo que instan a iniciar un diálogo con el país sudamericano.

 

Desde el año pasado comenzó a multiplicarse el apoyo de los países sudamericanos a la posición argentina, y el logro más evidente fue el cierre de puertos a los barcos con banderas malvinenses, lo que ya ha afectado a los pobladores de las Islas.

 

La añeja denuncia de Argentina recobró vigencia, ya que el próximo 2 de abril se cumplirán 30 años del inicio de una guerra que perdió ante la potencia europea luego de dos meses y medio de combates que dejaron un saldo de 900 muertos en ambos bandos.

 

Fernández ya ha dejado en claro que el tema no se difuminará después de las conmemoraciones que presidirá para honrar a los soldados que fallecieron y que renovará sus críticas a Reino Unido por su negativa a dialogar.

 

De hecho, en sus últimas apariciones públicas recordó que en 2013 se cumplirán 180 años de la invasión inglesa a Malvinas, territorio austral en el cual el 2 de abril de 1982 desembarcaron tropas argentinas para recuperar la soberanía.

 

La presidenta también hará énfasis en una autocrítica como país, ya que ordenó la apertura inmediata de archivos que deberían permanecer clasificados y demuestran las irregularidades cometidas por el gobierno militar durante la guerra.

 

El llamado “Informe Rattenbach” fue elaborado por una comisión encabezada por el coronel Benjamin Rattenbach, quien analizó y evaluó las responsabilidades políticas y militares del conflicto del Atlántico sur.

 

Las conclusiones fueron tan negativas para el régimen militar que en noviembre de 1983, un mes antes de que Argentina recuperara la democracia, se decretó que el documento permaneciera en secreto durante 50 años.

 

Aunque en un principio la guerra desató un fervor nacionalista, en el corto plazo quedó claro que sólo fue el último intento de los militares que habían tomado el poder en 1976 por permanecer en el gobierno, cosa que no pudieron lograr ante la derrota bélica. (Notimex)