Comienza a ganar adeptos la idea de que se ha tocado fondo en la crisis financiera global.

 

Cada vez hay un mayor número de analistas e inversionistas que piensan que si bien un buen número de países europeos enfrentan graves problemas fiscales y de deuda pública, aquel temor a la ruptura del Euro como moneda común, y de la Unión Europea como alianza política que la respalda, se esfuma cada vez más.

 

Para decirlo fácil. Aquel miedo a la catástrofe económica europea y global que en algún momento contaminó los escenarios futuros de los pronosticadores parece haberse diluido en estas primeras semanas del año.

 

¿Por qué ha cambiado la percepción fuertemente pesimista del año pasado a una menos oscura de hoy en día?

 

Lo primero que hay que decir es que los más recientes indicadores macro tanto para Estados Unidos como para los mayores países emergentes e, incluso, para algunos europeos, han mostrado una mejor cara o, por lo menos, han reportado una situación levemente mejor de lo que se esperaba. Así ocurrió con el empleo en Estados Unidos, con la actividad económica en China, con las exportaciones desde los principales mercados emergentes, México incluido, etc.

 

Lo segundo a mencionar es que si bien las preocupaciones por Europa siguen latentes, las respuestas recientes que ha dado el Banco Central Europeo inyectando liquidez a los mercados, la mayor información que se tiene sobre la salud de la banca europea y el convencimiento cada vez mayor de que está en el interés de los líderes mundiales –EU, China, GB, Alemania, Japón, Rusia- que Europa salga a flote, ha aligerado el pesimismo.

 

Y en tercer lugar existe una gran cantidad de activos financieros subvaluados y contenidos en los mercados emergentes por la prolongada crisis vivida, que ahora están siendo objeto de reexamen y atención a la luz de unas tasas del Tesoro prolongadamente bajas como lo anunció la FED y de indicadores macro bastante razonables. Por ello es altamente probable que los caudales de liquidez buscando mayores rentabilidades en mercados de divisas, de bonos locales y de acciones de empresas con alto potencial se intensifiquen en los próximos meses impulsando un nuevo ciclo de riesgo en las carteras de inversión.

 

Claro que este cambio sutil y gradual de percepción hacia un panorama menos negro entre los inversionistas y analistas, todavía está asentado sobre terreno frágil; sin embargo, hasta ahora, las cifras parecen darles cierta razón.

 

 

SÍGALE LA PISTA…

La salida de Carlos Montaño Fernández de la subsecretaría de Egresos de Hacienda era una salida anunciada desde hace ya tiempo atrás, por lo menos desde que renunció Ernesto Cordero para pelear la pre candidatura del PAN y asumió José Antonio Meade como titular de Hacienda en septiembre pasado. La versión se fortaleció con el cese de su esposa, Adriana Pérez Quesnel, en Fonatur a finales de ese mes y en diciembre el rumor se extendió al interior de la secretaría. Ahora Carlos Treviño, cercano a Meade Kuribreña, asume como el cuarto subsecretario de Egresos a 4 meses de las elecciones y a 9 de que concluya el gobierno de Calderón.

 

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