El Tribunal Supremo español condenó hoy al juez Baltasar Garzón a 11 años de inhabilitación por ordenar escuchar las comunicaciones que mantuvieron en prisión los principales imputados en un caso de corrupción, informaron fuentes jurídicas.

 

Garzón fue juzgado por los delitos de prevaricación y contra las garantías constitucionales por haber ordenado dichas escuchas, en un proceso en el que la acusación la ejercieron los abogados de los cabecillas de la presunta red corrupta.

 

La sentencia del alto tribunal, que se aprobó por unanimidad de los siete magistrados que juzgaron a Garzón, supone la “perdida definitiva” de la condición de juez del hasta ahora titular del Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, aunque estaba suspendido de sus funciones desde 2010.

 

El Tribunal Supremo sostiene que Garzón, al ordenar las grabaciones, adoptó una resolución injusta y restringió el derecho de defensa de los imputados en prisión “sin razón alguna que pudiera resultar mínimamente aceptable”.

 

Durante el juicio de este caso, que concluyó el pasado 19 de enero, Garzón defendió su decisión de ordenar las escuchas señalando que se hicieron para evitar que los acusados siguieran delinquiendo y blanqueando dinero desde prisión.

 

El magistrado, que alcanzó gran notoriedad internacional por perseguir a los represores de las dictadura de Chile y Argentina, está imputado en otras dos causas en España, una por tratar de investigar los crímenes del franquismo -que ya está vista para sentencia- y otra por unos cobros que supuestamente recibió por unas conferencias en Nueva York.

 

Durante su carrera, el juez español Baltasar Garzón procesó al dictador Augusto Pinochet, desmanteló el aparato político y económico de la organización terrorista vasca ETA, comenzó las investigaciones sobre las torturas ocurridas en la prisión estadounidense de Guantánamo (Cuba) durante el gobierno de George W. Bush y persigió a los capos más importantes de la droga y a los líderes de las mafias rusa e italiana.

 

 

EFE