La denuncia por espionaje presentada por el equipo de Josefina Vázquez Mota mostró que la clase política mexicana se hermana por la facilidad con la que olvidan sus expresiones públicas.

 

La precandidata, quien presentó una denuncia contra quien resulta responsable por la intervención de sus conversaciones, en las que llama “patán” y “arrastrado” a su compañero Ernesto Cordero, no reprochó la difusión de la charla entre el ex diputado perredista Julio César Godoy y el presunto narcotraficante Servando Gómez, “La Tuta”.

 

A su vez, el líder de los diputados perredistas, Guadalupe Acosta Naranjo, se solidarizó con Vázquez Mota por el espionaje, aunque en octubre de 2010, cuando se dio a conocer el audio de Godoy, evitó comentarios sobre la grabación, ya que había escondido a Godoy en su camioneta para introducirlo al Congreso, ya que había una orden de aprehensión en contra del hermano del gobernador de Michoacán.

 

Jesús Zambrano, presidente del PRD, también ha caído en contradicciones. El lunes, tras difundirse que se decomisaron 25 millones de pesos en efectivo que transportaban empleados del gobierno de Veracruz, pidió que se investigara el origen de los recursos y aventuró que se usarían en la campaña del priista Enrique Peña Nieto.

 

Sin embargo, cuando su compañero René Bejarano fue expuesto cuando recibía miles de dólares en efectivo del empresario acusado de fraude Carlos Ahumada, evitó condenarlo. En 2011, cuando Bejarano regresó a la militancia activa, declaró, que sólo quedaba aceptarlo “porque aunque no quieras ahí está, en el partido, sin nada que hacerle”.