Los estragos del estiaje y la sequía de este año empezarán a sentirse sobre la mesa y en los bolsillos de la población el próximo año debido a que los productores de carne de res han optado por sacrificar al ganado en lugar de mantenerlo. Esta decisión implica un aumento superior a 15% en el precio de la carne y a un desabasto del producto.

 

El presidente de la Asociación Mexicana de Engordadores de Ganado Bovino (AMEG), Álvaro Ley López explicó que actualmente mantener a una res tiene un costo de mil 910 pesos mensuales por compra de forraje y suplementos alimenticios, es decir 22 mil 920 pesos al año; mientras que enviarla al rastro para su sacrificio tiene un costo único de mil 230 pesos por cabeza.

 

Ley López destacó que a pesar de los apoyos gubernamentales, la situación es crítica, “y todavía no se sienten los efectos reales, esos se van a sentir a partir del próximo año porque se están sacrificando a las madres (vacas en edad gestante) porque ya es muy alto el costo de mantenerlas y eso nos va a disminuir la oferta de becerros”, advirtió.

 

El ganadero dijo que, hasta antes de la crisis provocada por la sequía, el ganado que se manda al rastro es el que ya terminó su ciclo reproductivo, pero ahora, ante la emergencia se están mandando cabezas que aún están en edad gestante. “Y esto nos lleva a otro problema: que en el corto plazo vamos a tener que repoblar el hato ganadero para reponer esas “madres” que se están sacrificando, si no, la situación se va a agravar”.

 

“Por el momento sí estamos en condiciones de abastecer las necesidades del mercado, que tiene un consumo per cápita de 17.5 kilos al año, pero el precio de los insumos, derivado de la sequía, sí nos ha golpeado mucho. De 230 asociados que tenemos, aproximadamente unas 34 empresas cerraron el año pasado con números rojos. Tan sólo el costo del maíz nos ha subido 80%”, argumentó.

 

En su momento, Gerardo Sánchez, presidente de la Confederación Nacional Campesina, aseguró que alrededor de 12 millones de cabezas ganado, 35 % del hato nacional, “estaban en los huesos” por la falta de agua y alimento. Según la misma organización, a diciembre del año pasado murieron medio millón de cabezas de ganado a consecuencia de la sequía.

 

“Ahorita estamos logrando mantener el precio en México gracias a las exportaciones que estamos haciendo a Rusia, Japón y Estados Unidos, principalmente, pero si se mantiene esta situación, tampoco vamos a tener que exportar, porque si estamos sacrificando a las madres, eso quiere decir que vamos a tener menos producción de becerros, que es lo que estamos vendiendo al extranjero”, manifestó el líder de la AMEG.