BRUSELAS. La Unión Europea (UE) aprobó toda una batería de nuevas sanciones contra Irán, incluido un embargo sobre su petróleo, en un intento de estrangular la financiación del polémico programa nuclear de Teherán.

 

Con su decisión, los veintisiete miembros de la UE se suman a la dura línea fijada por Estados Unidos en respuesta al último informe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que disparó las sospechas de que Teherán trata de desarrollar armas nucleares.

 

El embargo decretado por los ministros de Exteriores europeos tiene efecto inmediato para los nuevos contratos petroleros con Irán, mientras que da hasta el 1 de julio para poner fin a los ya existentes.

 

Además, veta las exportaciones a Irán de equipos utilizados en la industria del petróleo y nuevas inversiones en compañías iraníes del sector.

 

Para el conjunto de la UE, el crudo iraní representa únicamente en torno a un 5 % del total de sus importaciones, lo que no ha hecho menos complejo el acuerdo entre los Veintisiete.

 

Este sólo se hizo posible después de que Grecia, que compra crudo a Irán en condiciones muy ventajosas, diese luz verde tras recibir garantías del resto de países de que las instituciones europeas buscarán proveedores alternativos que ofrezcan términos similares.

 

Grecia importa un alto porcentaje de su petróleo de Irán, especialmente desde de que otros suministradores comenzaran a exigirle garantías financieras, ante las dudas sobre su situación económica.

 

Junto a Grecia, los grandes afectados por la medida serán Italia, que compra alrededor de un 13 % de su petróleo a Irán, y España. El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, reconoció que el país tendrá que hacer un “sacrificio importante”, dado que las importaciones de Irán rondan el 20 % del total.

 

García-Margallo, en cualquier caso, aseguró que España lleva ya un tiempo trabajando en encontrar suministros alternativos y que las empresas petroleras no ven grandes problemas para cumplir con la medida.

 

Para refrendar el bloqueo, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro británico, David Cameron sostuvieron una reunión en París y pidieron a Irán el cese “inmediato” de sus actividades nucleares consideradas susceptibles de uso militar.

 

En un comunicado difundido por el Palacio del Elíseo, sede de la Presidencia francesa, los tres mandatarios le exigieron al gobierno del presidente Ahmadineyad que se atenga “totalmente a sus obligaciones internacionales”, pero señalan que “la puerta está abierta si acepta comprometerse seriamente en las negociaciones de fondo sobre su programa nuclear”.

 

“Hasta que no haya vuelto a la mesa de negociaciones, nos mantendremos unidos para aplicar medidas fuertes que comprometan la capacidad del régimen para financiar su programa nuclear”, aseguran.

 

Según fuentes diplomáticas, países como Arabia Saudita, Irak y Rusia podrían ocupar el vacío dejado por Irán.

 

Para Teherán, el embargo debería hacerse notar, pues alrededor de un 20 % de su petróleo sale con destino a Europa, y el crudo es una de las grandes vías de ingresos del régimen, aunque el grueso de sus exportaciones se dirige a Asia.

 

“Las decisiones de hoy (lunes) apuntan a las fuentes de financiación del programa nuclear”, señalaron los ministros europeos en un comunicado.

 

Al embargo petrolero, se suman la prohibición de suministrarle billetes y monedas; se veta el comercio de oro, metales preciosos y diamantes con instituciones públicas del país y se añaden tres personas a la lista negra que impide su entrada en territorio comunitario y se decreta la congelación de sus activos en la UE, que sufrirán asimismo otras ocho entidades, algunas controladas por la Guardia Revolucionaria. Mario Villar/ EFE