La red de trata de personas y cohecho en la que participaba el ex agente argentino Raúl Martins y que se extendía hasta Cancún, Quintana Roo, podría estar relacionada con el grupo delictivo de Los Zetas, reveló ayer el diario Página 12.

 

La denuncia de Lorena Martins contra su padre, por ambos delitos respecto de jefes policiales y jefes del área de Control del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires recayó en la fiscalía que está a cargo de Gerardo Pollicita.

 

Lorena declaró a la justicia, de acuerdo con el medio informativo, que su padre mantiene “un estrecho vínculo con Los Zetas, un temible cártel de narcotraficantes”. Y en las denuncias aparecidas, políticos de distinto signo se acusaban entre sí por darle protección.

 

Lo cierto es que Martins logró parar la expulsión presentando numerosas apelaciones a la justicia y todavía rige una de esas apelaciones. Por esa razón, Martins no puede dejar México: en caso de hacerlo, no podría reingresar.

 

De acuerdo con Página 12, el fiscal del caso le debe requerir al juez Norberto Oyarbide la investigación de todos los nombres y montos de dinero que se pagaron, datos que Lorena Martins pudo recabar en los últimos seis meses, en que tomó contacto con la organización de prostíbulos en Buenos Aires y Cancún, propiedad de su padre.

 

El acusado fue oficial de la SIDE durante 13 años y su hija ya declaró ante la Unidad Fiscal de Atención a los Secuestros Extorsivos (Ufase), especializada en trata de personas, que conduce Marcelo Colombo. Allí reveló cómo se llevaban a las chicas argentinas a México: “La mayoría de las chicas que estaban en The One, el único prostíbulo de la zona turística de Cancún, eran argentinas. Las llevaban allá y las quebraban. Algunas, muy pocas, eran brasileñas. La mayoría, argentinas”, dijo Lorena en Radio Del Plata.

 

Cuando el fiscal requiera la instrucción del expediente, se presentará a declarar una mujer que trabajó con Martins, que fue llevada a México y vivió todo el proceso que el ex agente de la SIDE denomina “quebrar a las chicas”.

 

De acuerdo con el modus operandi, a las jóvenes les pagan el pasaje, les aseguran que serán modelos o recepcionistas, les prometen mucho dinero y cuando llegan a Cancún empiezan por quitarles el pasaporte, luego las dejan sin vivienda, las endeudan y de esa manera se hace la presión para que vayan ejerciendo distintos grados de prostitución.

 

Raúl Martins vive actualmente en Cancún, pero el Instituto Nacional de Migración resolvió expulsarlo justamente por las acusaciones por trata de personas.

 

La hija del dueño de los prostíbulos resolvió denunciarlo a raíz de que Martins abandonó a su familia –su esposa y tres hijos–, por lo cual Lorena decidió acercarse a la organización que lidera su padre y desde marzo pasado recabó datos sobre la forma de funcionamiento y ahora los presentó a la Justicia.

 

Su abogado, el ex secretario del juez Juan José Galeano, Claudio Lifschitz, entregó un primer escrito a la Ufase y luego Lorena estuvo declarando durante varias horas. La decisión del fiscal Colombo fue enviar el expediente a la Cámara Federal, que procedió al sorteo de rigor y la causa quedó en manos de Oyarbide, quien conoció a Martins en 1999, hace ya 13 años.

 

En su primera declaración, a Lorena Martins no le pidieron ni dio detalles de los arreglos que los hombres de su padre en la Argentina mantienen con distintos comisarías y dependencias de la Policía Federal. Es que la Ufase se concentra en la investigación de trata de personas y no en el cohecho.

 

Página 12 señaló que lo cierto es que Lorena dice que está dispuesta a aportar los nombres de los comisarios a los que se les pagaría, quién entrega el dinero y quién lo recibe.

 

Asegura, incluso, que conoce los nombres de los jefes policiales que se negaron a entrar en el juego.