Para los mexicanos en Estados Unidos la letra de la canción de Chucho Monge “México lindo y querido” es más que un recuerdo y un clásico de las fiestas y reuniones familiares ya que la repatriación de migrantes muertos aumenta cada año y ha pasado de 3 mil 209 en 2003 a 9 mil en 2010.

 

De acuerdo con el estudio Apuntes relativos a la repatriación de los cuerpos de los mexicanos fallecidos en Estados Unidos, de la antropóloga francesa Francoise Lestage, de la Universidad de París 7, hay tres factores que influyen en esta tendencia. En primer término, un apoyo económico y administrativo creciente de los consulados y otras dependencias del Estado a los familiares de los migrantes fallecidos, la aparición de funerarias especializadas en el traslado de mexicanos y los costos de los servicios, que son mucho más elevados en Estados Unidos.

 

El estudio apunta otra explicación: organizar funerales en Estados Unidos es más caro que repatriar el cuerpo porque un entierro en un panteón urbano en California cuesta entre 5 mil y 6 mil dólares, mientras que el traslado del difunto al centro de la República mexicana cuesta aproximadamente 2 mil 400 dólares, en los que se incluye la preparación del cuerpo, el embalsamado, un ataúd barato y el transporte en avión hasta el aeropuerto más cercano al panteón de llegada.

 

El tercer elemento es la aparición de compañías de seguros que, por 50 dólares anuales, se aseguran de repatriar el cuerpo a México; algunas funerarias se han convertido en especialistas en clientes internacionales.

 

“A pesar de que las prácticas del Estado y de las empresas no influyen sobre la elección de la sepultura en el discurso de los entrevistados, los datos recogidos en el trabajo de campo etnográfico que llevé a cabo en la región fronteriza californiana (en el municipio de Tijuana y en el condado de San Diego) y en los valles centrales de Oaxaca me conducen a formar la hipótesis según la cual a principios del año 2000 se armaba un sistema político-comercial que favorecía y facilitaba la repatriación de los restos humanos en relación con una representación del migrante que ha aparecido recientemente”.

 

La investigación de Lestage arrancó en 2003 y en ese año se enviaron a nuestro país 3 mil 429 cadáveres, cifra que aumentó a 4 mil 213 en 2004 y 5 mil 176 en 2005. Para 2009 esa cantidad casi se duplicó ya que en ese año los consulados tramitaron 9 mil 638 permisos para el traslado de cadáveres, por 9 mil cinco en 2010; entre enero y octubre del año pasado se entregaron 7 mil 114 autorizaciones para repatriación.

 

Aunque las cifras hablan de un aumento constante la autora del texto advierte que éstas no representan el total de los mexicanos que son enviados de regreso a México tras su muerte porque la Secretaría de Relaciones Exteriores no contabiliza todos los traslados, por ejemplo, los consulados registran los traslados de urnas funerarias, que representan entre 10 y 30 por ciento del total, pero la SRE no recopila esta.

 

Además, no todos los traslados requieren los servicios de los consulados, es el caso de traslado de las cenizas de una persona que falleció hace tiempo por lo que la antropóloga sugiere que entre 2000 y 2006 se repatrió un promedio de 10 mil cuerpos al año. “A la luz de estos datos, se puede suponer que se trasladan a México uno de cada cinco o seis mexicanos fallecidos en Estados Unidos”.

 

Otro hallazgo del estudio es que la cantidad de mexicanos que muere en su intento de cruzar la frontera sin documentos es menor a la que quienes perecen en accidentes. Si bien 400 migrantes fallecieron en el desierto en 2005, la cantidad significó 7% del total de los 5 mil 716 ciudadanos que fueron trasladados para ser sepultados aquí. En años previos la cifra fue de 302 en 2004 y 363 en 2003.

 

Aunque se ha anotado que las políticas de apoyo del gobierno mexicano no son determinantes para la decisión de traer el cuerpo de regreso es notoria, aunque reciente, la cantidad de recursos asignada a este rubro. En el Presupuesto de Egresos de la Federación correspondiente a 2009, la Secretaría de Relaciones Exteriores reporta que se asignaron 59 millones de pesos para al traslado de cadáveres de migrantes, aunque en 2010 la cantidad fue menor, 44 millones y 46 en 2011.

 

La académica señala que hasta 2004 sólo los municipios o gobiernos estatales apoyaban a los familiares, económica o psicológicamente u ofreciendo un lugar en el panteón, pero la SRE se sumó a esa política y, a través de los consulados, apoyó económicamente a mil 831 familias en 2004 y 2 mil 755 en 2005.

 

“Se está construyendo un sistema político-comercial en el cual se vinculan dependencias del Estado, consulados y funerarias, así como compañías de seguros. Todos toman en cuenta la repatriación de los difuntos mexicanos, respondiendo de esta manera a una preocupación mayor de los migrantes mexicanos en Estados Unidos y a un elemento importante de la movilidad de los mismos cuyos regresos espontáneos a México están frecuentemente relacionados con la muerte de un familiar muy cercano”.

 

La coincidencia de los agentes comerciales con la respuesta del Estado a una demanda de los ciudadanos que viven fuera del país tienen como catalizador un fenómeno de reciente aparición, la nueva percepción del migrante como un factor de desarrollo, ya no un extraño o un peligro, algo lógico si se toma en cuenta la contribución de las remesas enviadas por los trabajadores a sus familias, que entre enero y noviembre 2011 alcanzaron 20 mil 964 millones de dólares.

 

“El Estado mexicano ya no percibe al migrante como un excedente o como un peligro; ahora lo celebra como el nuevo héroe del desarrollo, eso supone que se le otorguen nuevos derechos, como el de la doble ciudadanía o el de descansar en su tierra de origen”, concluye el estudio de Francoise Lestage.

 

 

De regreso al tan anhelado hogar…

 

 

 

• En 2003 se concedieron 3 mil 429 permisos para repatriar cadáveres de mexicanos fallecidos en Estados Unidos

 

 

 

• El mayor número de cuerpos enviados de regreso se registró en 2009, cuando se tramitaron 9 mil 638 permisos

 

 

 

• El porcentaje de migrantes que fallecen en su intento de cruzar la frontera borda el 10% del total; en 2005 fueron 400, equivalentes a 7% de todos los decesos

 

 

 

• Entre 5 y 6 mil dólares cuesta un servicio funerario en Estados Unidos; el costo del traslado del cuerpo a México es de 2 mil o 2 mil 500 dólares

 

 

 

• 149 millones de pesos asignó el gobierno de México para apoyar a los paisanos en los trámites de repatriación entre 2009 y 2011