Cada mes se realizan en el país 780 mil amputaciones que van desde el dedo meñique hasta las piernas. Las prótesis permiten a muchas personas recuperar la movilidad para realizar sus actividades diarias y desempeñar alguna actividad productiva; sin embargo, la demanda de estos aparatos rebasa la capacidad del sector salud y en el mercado su costo es elevado.

 

El Consejo Nacional para las Personas con Discapacidad (Conadis) registra que en México la discapacidad motriz es la más frecuente, pues se estima que 2.4 millones de mexicanos la padecen. Esta condición es resultado en muchos casos de la amputación de algún miembro, ya sea por enfermedad o derivada de un accidente.

 

Según el organismo, 50% de las amputaciones en el país está relacionado con problemas de salud, sobre todo enfermedades crónicas como diabetes o cáncer; 20% es resultado de malformaciones congénitas o de nacimiento y 30% de accidentes automovilísticos En este último caso se calcula que de los 25 mil siniestros que se registran cada año, una cuarta parte de las personas involucradas pierde algún miembro.

 

En la mayoría de los casos se pierden las extremidades inferiores. La más común es la amputación transfemoral, lo que implica la pérdida del muslo, rodilla, pantorrilla y pie.

 

En un país con 10 millones de diabéticos, el riesgo de enfrentarse a la amputación de un miembro es elevado. Un ejemplo es Veracruz que, según el INEGI es la cuarta entidad en el país con mayor número de personas con discapacidad, con 7% del total, en donde se ha observado que el riesgo de perder una extremidad aumenta durante la época de cosecha de mangos.

 

Gustavo Delsordo, director general de la empresa de prótesis Otto Bock México, explicó que durante el verano los veracruzanos consumen grandes cantidades de esta fruta, que por su alto contenido de azúcar agrava los problemas de diabetes y terminar en una amputación.

 

En este contexto, Delsordo advirtió que el sector salud no se da abasto para atender la demanda de prótesis o sillas de ruedas que requieren los pacientes para moverse y que tienen un alto costo en el mercado.

 

Como ejemplo, mencionó que la pierna mecánica más simple cuesta unos 45 mil pesos e incluye el femoral, rodilla, tibia y peroné, y el pie; las más sofisticadas, que pueden tener una rodilla electrónica y están hechas de titanio o aluminio, pueden alcanzar un precio de hasta un millón de pesos

 

“En México hay un rezago en soluciones protésicas (…). Nos ha tocado ver gente que tiene hasta tres años esperando una prótesis”. Esta demanda, explicó, obedece a que una prótesis es la forma en que una persona puede regresar a sus actividades diarias, y ser económicamente productiva otra vez.