Es tiempo de gozo, de luces que espanten la oscuridad, de iluminación que indique el camino y alegre la espera. Pero no hay que perder la ruta siguiendo el relumbrón y el falso brillo que ciega y paraliza. Si la luz del sol nos ofrece seguridad, calidez y claridad de visión, y la luz de la luna y las estrellas es mágica y misteriosa e induce al romance, a la contemplación y al asombro; si desde tiempos primitivos se encendían luces en las largas noches de invierno para ahuyentar a los malos espíritus; si para los cristianos la luz de las velas en Navidad representa un elemento capaz de iluminar, purificar y fecundar nuevas ilusiones y esperanzas de paz; ¿qué es esta explosión de luces y colores?, ¿fe?, ¿gozo?, ¿mercadotecnia?