Por lo menos 40 mil jornaleros agrícolas emigran anualmente a los estados del norte del país para emplearse en las labores del campo, por un ingreso económico del cual carecen en sus lugares de origen.

 

Felipe Ortiz Montealegre, subsecretario de Asuntos Indígenas, informó que familias completas abandonan anualmente sus localidades para emplearse en el campo, en donde enfrentan situaciones infrahumanas, debido a que sus patrones no les proporcionan garantías.

 

Señaló que de la totalidad de los migrantes, por lo menos el 25 por ciento son menores de edad, quienes dejan de asistir a la escuela para acompañar a sus padres a los campos agrícolas y emplearse de campesinos y 45 por ciento de ellos son familias completas.

 

La migración, indicó, es un problema grave que enfrentan las regiones rurales e indígenas de Guerrero, porque no sólo se quedan desolados los pueblos, sino que cientos de infantes abandonan la posibilidad real de desarrollo, que son los estudios.

 

Señaló localidades como Santa María Tonaya, Las Pilas, Linda Vista, San Miguel Zapotitlán, Francisco I. Madero, Juanacatlán, El Rosario, Huehuetepec, San Lucas, San Miguel, pertenecientes a los municipios de Cochoapa El Grande, Atlamajalcingo del Monte, Tlapa, Metlatónoc, que se quedan prácticamente sin habitantes.

 

Ortiz Montealegre informó que a través de diversos programas, el estado impulsa acciones para buscar el arraigo de las familias indígenas, pero especialmente para que sus hijos puedan continuar sus estudios.(Notimex)