Ayer 24 Horas preguntaba en su nota principal de portada “¿Quiere SCT vender Mexicana?”, insistiendo con toda razón por el desenlace de un proceso que –como hemos dicho en este espacio reiteradamente desde hace un año- llama a la sospecha.

 

Por lo menos la sospecha de que el gobierno haya entrado al juego de presiones desde las compañías competidoras para dejar en tierra a Mexicana y en las que participan directa o indirectamente ex funcionarios públicos y algunos relacionados con el proceso de venta de la estatal Cintra, la holding que operaba Aeroméxico y Mexicana.

 

Sospecha que creció ayer cuando el juez federal Felipe Consuelo Soto denunció públicamente presuntas intimidaciones a potenciales compradores de la línea aérea y al propio conciliador Gerardo Badín.

 

Las sospechas han sido alimentadas al menos por tres factores: 1. Por el proceso de desmantelamiento que vivió Mexicana por parte de los empresarios que la adquirieron a manos del gobierno, antes del cese de operaciones y que no ha sido explicado, justificado, ni investigado a fondo. 2. Porque en los últimos 14 meses en los que la compañía dejó de operar ninguno de los postores que se presentó concluyó su intención de compra, cuestión bastante extraña para operaciones de este tipo. Y 3. Porque la información financiera, operativa, corporativa y legal de Mexicana ha sido entregada –aún para los postores- de manera parcial y a cuenta gotas; lo que ha hecho presumir a varios de los participantes que hay cadáveres en los clósets de la compañía que no han sido revelados.

 

Por todo eso las sospechas sobre lo que se oculta con Mexicana de Aviación son razonables. ¿Realmente el gobierno –como principal acreedor de Mexicana- tiene intenciones de vender la línea aérea o qué esconde?

 

Ayer la SCT dijo públicamente que sí tiene esa intención al anunciar que hoy recibirá a Iván Barona y al empresario Michael Chamas, quienes han mostrado interés en la aerolínea. Pero no seamos ingenuos, los funcionarios de la SCT no podían haber dicho públicamente otra cosa.

 

Si la intención era quitar a Mexicana de su posicionamiento de mercado, lo han logrado con creces y la resistencia no tendría ya sentido. Pero si el ‘Caso Mexicana’ oculta algo más, eso quizá lo sabremos en unas cuantas horas, porque los tiempos legales para determinar el futuro de Mexicana se agotan.

 

Lo cierto es que de no aclararse el caso, Mexicana puede convertirse en un gran lío para el gobierno.

 

SÍGALE LA PISTA…

LA SONRISA DEL REY. La prensa española ha revelado que el Rey Juan Carlos fue quien medió con el presidente Felipe Calderón para que Repsol y Pemex fumarán la pipa de la paz. Eso ocurrió en Paraguay durante la Cumbre Iberoamericana que se celebró el 28 y 29 de octubre, por lo que en el breve encuentro que sostuvieron Calderón y Antonio Brufau, el presidente de Repsol, en Francia durante la reunión del G-20, los ánimos eran otros y Brufau calmadamente hizo referencia a que se había ‘dado vuelta a esa página’. La pregunta es ¿Obtuvo algo Pemex a cambio o solo fue la sonrisa del Rey?

 

NUBARRÓN. Esta semana los pronósticos para la economía empeoraron. Así lo creen Bancomer, el Banco de México y Merrill Lynch.

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