En días pasados sufrí en carne propia el embate de un grupo de hackers que decidieron invadir mi cuenta de twitter y de correo electrónico para según esto a través de mis contactos distribuir sus inconformidades,

 

Pues todo resultó un mal negocio, tanto para ellos como para mí.

 

Para ellos porque por más que publicaron lo que ellos consideraron necesario de nada les sirvió porque todo lo que reclaman es tan subjetivo y desproporcionado que nadie seguramente cambió su manera de pensar sobre lo que ellos argumentaban.

 

Para mí porque por un par de días me quedé sin estas herramientas que al parecer mientras las tienes son indispensables pero cuando te las quitan te das cuenta de que eres la misma persona con ellas que sin tenerlas.

 

Son tan vulnerables las cuentas que ésta misma semana mientras yo suponía que era un caso especial, un grupo hizo lo propio con algunas páginas de información del gobierno Israelí como también lo han hecho ya con el pentágono, con la PFP, con la NASA y con cuanta institución importante sea su objetivo.

 

Es tan endeble la seguridad en esta carretera de la información que queda muy claro que quienes ofrecen esos servicios algo tendrán que hacer porque nadie está exento a ser invadido por estos llamados hackers que hacen lo que quieren con la información, con la seguridad, con la intimidad  y poco a poco se irá desestimulando el uso de estos vehículos de información para cosas importantes en la medida de que no se ofrezca mayor seguridad por parte de quienes ofrecen los servicios.

 

Es como si alguien, cuando inició la TV se pudiera meter a tu recámara porque tenía la tecnología de hacerlo, seguramente la TV hubiera dejado de ser tan importante, seguramente se va a tener que avanzar en la seguridad para que la confianza se afiance y crezcan twitter, facebook, y otras. Por mi parte queridos amigos yo ya cerré mi cuenta de ambas redes sociales y si quieren comunicarse con un servidor, pueden hacerlo por telégrafo, fax, carta o señales de humo, usted decida…

 

@EstebanArce