Ivonne Ortega desata pasiones encontradas entre sus coterráneos. O les encanta su estilo, o la detestan. No hay medias tintas. Y ella responde con la misma vehemencia a unos y otros, y hasta se enfunda camiseta, casco –para que no la reconozcan—y se arranca en su motocicleta para atestiguar por ella misma las protestas que se alzan por una u otra razón en la capital yucateca.

 

La gobernadora de Yucatán es de armas tomar. Lo saben sus propios compañeros del PRI, con quienes ha tenido desencuentros; lo vivió en carne propia el Presidente de la República, a quien se le plantó en pleno aeropuerto porque no le avisaron de su visita; y lo padeció recientemente el secretario de Gobernación, Francisco Blake, cuyos buenos oficios no sirvieron para que “La Capitana” volviera a Los Pinos a festejar el cumpleaños de Felipe Calderón, luego de ser despachada por un ayudante por no llevar “acompañante”. Sólo la petición directa de Enrique Peña Nieto la hizo volver.

 

Esa es Ivonne Aracelly Ortega Pacheco a sus 39 años prontos a cumplir (el 26 de noviembre), originaria de Dzemul, cuya carrera política ha sido meteórica: Presidenta municipal, diputada local, diputada federal, senadora por Yucatán y actualmente gobernadora. Y si las cosas salen bien en el 2012 para el PRI y Peña Nieto, no será extraño verla ocupar un lugar en el gabinete.

 

De hecho, no faltan ya camaradas suyos que le llaman para decirle: “Tú tienes derecho a elegir una posición, te lo has ganado”. Ella les responde: “No, no voy a elegir, voy a esperar a que Peña defina (… si gana)”.

 

En el grupo del ex gobernador mexiquense se refieren a ella como “la mujer del equipo”. Así, en singular. Ivonne reconoce lo que ello significa frente a figuras como Beatriz Paredes, María de los Ángeles Moreno o Dulce María Sauri, cuyas relaciones no son de lo mejor. Pero ella se siente cobijada por Enrique Peña, el favorito para ganar la próxima elección presidencial y, por supuesto, no lo esconde: “Hubo química desde el primer momento…; es de esas cosas que no se explican”.

 

Se conocieron durante una reunión que tuvieron con diputados del Estado de México, “yo estaba suspirando entonces por la gubernatura y un compañero de la diputación nos presentó; él me explicó lo que trabajaban cuando él era aspirante a la gubernatura, luego cuando fue candidato y luego cómo ganó”. Ivonne Ortega le debe precisamente a Peña Nieto la decisión para lanzarse a disputar la gubernatura. Y hoy es “la mujer del equipo”.

 

¿ESTÁS EN EL EQUIPO?

No sé si voy a ser del equipo que lo va a acompañar, eso lo tendrá que decidir él, pero creo que más que la amistad, en este caso particular, es la aspiración de este grupo, de una generación que quiere recuperar la Presidencia de la República para el PRI. Es más un proyecto de generación, de visión, de lo que nos ha tocado vivir. Independientemente de que sea por el PRI o que sea con Peña, creo que es una visión diferente de una generación que le ha tocado crecer, no de los 70 años que siempre nos han comentado. ¡Ojalá nos hubiera tocado! Crecimos en un marco totalmente diferente, en un marco donde hay que picar piedra para poder consolidar, inclusive pagar errores del pasado y en esos errores del pasado también poder construir para futuro.

 

PERO LOS GOBERNADORES PRIISTAS HAN VIVIDO MEJOR AHORA QUE CUANDO TENÍAN UN PRESIDENTE DEL PRI.

Cuando yo era presidenta municipal –el gobernador (Víctor) Cervera y el presidente (Ernesto) Zedillo-, recuerdo visitas del presidente Zedillo donde para el estado era una gran expectativa que viniera. El caso particular de la conclusión de la terminal remota que era el puerto de altura que hoy es el principal motor económico del estado, era casi casi con la veladora prendida por la visita del Presidente. Hoy vemos cosas diferentes. Y no sé si era mejor o peor, pero a lo que me refiero es que no vivimos en ese tiempo.

 

¿TÚ SIENTES TEMOR CUANDO VA DE VISITA EL PRESIDENTE?

No. Pero mira, yo creo que el presidente es el presidente y todos debemos apostar a que una visita presidencial debe de salir bien. El presidente debe de irse con un buen sabor de boca de la visita. Creo que es ese chip que tenemos los priistas de institucional, se mantiene. Y lo que nos toca de reto ahorita cuando viene el presidente es, por las condiciones propias del país, el altísimo grado de seguridad que complica la vida del estado, de la ciudad. Tienes que cerrar avenidas completas. Esos son los temas que tenemos que trabajar con pinzas.

 

EL TRATO CON LOS GOBERNADORES ¿QUIÉN LO TIENE AHORA?

Nadie.

 

¿Y QUÉ HACEN CUANDO NECESITAN ALGO DEL GOBIERNO FEDERAL?

Fíjate que es más fácil construir con la tropa… Yo ya no busco una cita con el secretario, no me sirve. A mí tardó en atenderme (Ernesto) Cordero, desde que llegó a ser secretario, ¡dos meses y medio! Es con los subsecretarios, con los directores de áreas con quienes resuelvo el problema. Ya no pierdo el tiempo porque una cita con el secretario te lleva otros dos meses. Y a veces también prefieres que no lo sepa el presidente porque se bloquea.

 

¿CÓMO SE HA DADO TU RELACIÓN CON EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA?

Conmigo fue muy difícil al principio. Recordarás que Yucatán es el estado que le da la candidatura (interna del PAN) a Calderón porque hacen la “operación cochinita”. Recuerdo mucho la primera entrevista con el Presidente cuando me recibe como Gobernadora electa y me dice: “Me dolió mucho perder Yucatán”. Y yo le contesté: “No se equivoque Presidente, Yucatán a usted le quiere, es su candidato el que perdió”. Esa reunión fue dura y se extendió mucho, casi una hora. Luego vino el primer desencuentro en una de sus visitas, pero sirvió para que viera que no estaba yo jugando. Yo soy institucional. Decía al principio: si alguien cuida la visita del Presidente soy yo. Les he dicho: si me permiten hacer un evento con el Presidente va a ser un evento donde se va a lucir, ¡es el Presidente! Después vino el incidente de la visita accidentada en pleno proceso electoral; ahí da oportunidad que le haga ver qué está pasando, aproveché para sincerarme de muchas cosas. Creo que eso nos permitió ir construyendo una relación institucional. Yo diría que actualmente tengo una buena relación con el Presidente, a secas.

 

PARA LA ELECCIÓN, ¿CREES QUE SE VAYA A PORTAR BIEN?

No creo…, al final de cuentas es el poder.