El arqueólogo Eduardo Matus Moctezuma anunció que en breve continuará la excavación del templo de Ehécatl Quetzalcóatl, detrás de la Catedral Metropolitana en el Centro Histórico de la ciudad de México.

 

Entrevistado luego de ofrecer la conferencia magistral Cinco tumbas reales de México y el mundo, el experto indicó que en la tumba de Ahuizotl, a quien aún no se ha localizado, se han encontrado 50 mil objetos de los más diversos y “aún tiene mucho que dar”.

 

En el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), donde estuvo acompañado por la directora general, Alma Carolina Viggiano Austria, indicó sobre el templo de Ehécatl que por referencias históricas se sabe que estaba dedicado a Quetzalcóatl y ubicado frente al Templo Mayor.

 

“Ahora que lo vamos a volver a liberar, la idea es que pueda en un momento dado ser visitado por la gente”, dijo y abundó que “muy cerca de él, hemos abierto debajo de lo que es la casa cultural de España, excavando, parte de un calmécac, la escuela de los jóvenes de la nobleza, la cual puede visitarse”.

 

“Ahí se puede bajar y ver los restos de lo que era esa escuela y algunos de los objetos que encontramos. La idea del templo de Ehécatl es también hacer un lugar que se pueda visitar, apreciar y poner ahí alguno de los objetos encontrados”, comentó.

 

Sobre el Templo Mayor, dijo que hace apenas una semana vio un pico de pez sierra que estaba muy cercano a la tumba de Ahuizotl, “el lugar sigue dando, recordemos que es una ciudad sobre otra. Estamos justamente en el corazón de Tenochtitlan, en la parte sagrada de la antigua ciudad, en su centro ceremonial y es de esperar que todavía haya mucho que excavar.

 

Matos Moctezuma se refirió en su ponencia a hallazgos arqueológicos que impactaron mundialmente, como la tumba de Tutankamón, de la tumba imperial chino y su ejército de ocho mil figuras de terracota de tamaño natural, además de las tumbas de Monte Albán, de Palenque y de Ahuizotl en México.

 

De esta última, en el Templo Mayor, destacó que aún se sigue excavando. En 2006 estaba un equipo de rescate arqueológico trabajando y se vio una lápida enorme, quizá la pieza azteca más grande que se ha encontrado. Representa a la Diosa de la Tierra y en uno de sus pies tenía el glifo 10 conejo que corresponde al año 1502.

 

Ocurrió que muere Ahuizotl y lo sucede en el trono Moctezuma II. Resulta entonces que las fuentes históricas del siglo XVI relatan que se acostumbraba incinerar al tlatoani y meter sus restos calcinados en una ollitas, la que se enteraba con una serie de ceremonias, explicó.

 

“Nosotros tuvimos que levantar aquella loza, que pesa 12 toneladas, dentro del museo, para poder excavar aquella losa y a los lados y seguimos excavando”, mencionó.

 

Abundó que “Lo que hemos encontrado es impresionante. Llevamos más de 50 mil objetos arqueológicos encontrados en varias ofrendas. Hay restos de todo tipo” como restos de animales, máscaras y objetos de oro, “pero a Ahuizotl no lo hemos podido detectar. Espero que en breve podremos tener más datos sobre eso”.