En espacio de dos semanas el presidente Enrique Peña Nieto “ha revelado la magnitud de su ambición. Ahora que el PRI volvió a la Presidencia parece decidido a limpiar obstrucciones monopólicas para el crecimiento de México y hacer frente a algunos de sus grupos de presión”.

 

Así lo señaló la revista estadunidense The Economist a propósito de la reforma en materia de telecomunicaciones, la cual fue presentada por el mandatario mexicano el pasado lunes con el aval de los partidos que integran el Pacto por México.

 

En la nota titulada “No más vacas sagradas” el diario hace referencia a la relación del actual presidente de México y Televisa, propiedad de Emilio Azcárraga, a la que, según el texto, “le debía gran parte de su ascenso”.

 

En la reforma en telecomunicaciones se plantea que las empresas que posean 12 megahertz del espacio radioeléctrico no podrán participar en la licitación de dos nuevas cadenas de televisión. Tal es el caso de Televisa y TV Azteca, de Ricardo Salinas Pliego, pero no el de Carlos Slim, quien desde hace tiempo ha querido entrar al ruedo.

 

“La opinión general sostenía que el Peña no impondría más que reformas cosméticas en Televisa, o en cualquiera de los otros grupos de interés que han incapacitados para actuar a la economía de México”, se lee en el texto de la revista estadunidense.

 

Y agrega que el pasado lunes el titular anunció “una reforma que podría por fin abrir una de las industrias menos competitivas de México.

 

En ese sentido The Economist recuerda que el año pasado la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCFE) estimó en 25 mil millones de pesos al año las pérdidas en el país debido a los altos precios de la banda ancha y llamadas desde líneas fijas a teléfonos móviles.

 

También se refiere con la creación de un Instituto Federal de Telecomunicaciones, el poder de Carlos Slim, dueño de América Móvil que aglutina a Telmex y Telcel, se vería disminuido pues los abogados del hombre más rico del mundo han logrado obtener, casi siempre, órdenes judiciales para hace frente a la Comisión Federal de Competencia (Cofeco).

 

Finalmente reconoce la reforma en telecomunicaciones y dice que esto es “una buena noticia en términos económicos”.